Teatro
El investigador e historiador del teatro Xavier Fàbregas afirma que el teatro popular es aquel que hace el pueblo y para el pueblo. El pueblo, pues, produce los espectáculos de una manera desinteresada, amateur, y, al mismo tiempo, es el espectador.
En Cataluña el teatro, entendido en el sentido más amplio posible, es inmensamente rico en todo tipo de representaciones, tanto en la calle como a cubierto. Procesiones, pasacalles, retablos, pasiones, bailes hablados, etc., conforman este patrimonio inmaterial tan interesante.
Es un fenómeno singular, que no se repite en absoluto en el resto de Europa con esta intensidad. Y parece tener una explicación. Otro investigador del teatro, Francesc Massip, lo justifica así: "La cultura catalana, privada del apoyo estatal necesario para la creación de un teatro nacional moderno cuando lo hacen las distintas culturas europeas, durante el siglo XVI (teatro isabelino, clasicismo francés, comedia italiana, Siglo de Oro español), se refugió en el ámbito más irreductible, esto es, en la esfera de la fiesta y el espectáculo popular, generalmente de tema religioso. De esta manera, las representaciones tradicionales de raíz medieval han supuesto la más fiel continuidad de una actividad dramática ininterrumpida. De hecho, no hay en Europa un país ni una cultura que hayan conservado con tanta pujanza una tradición pasional como la catalana".
En Barcelona el teatro popular se manifiesta en los pastorets, en las representaciones hagiográficas o de carácter religioso, los pesebres vivientes, representaciones históricas o temáticas, El cant de la Sibil·la, etc.