Imaginería festiva
Entendemos por imaginería festiva todas aquellas carcasas voluminosas y figuras, tanto con formas antropomórficas como zoomórficas, que, cargadas desde dentro o arrastradas por portadores, participan en pasacalles, séquitos y procesiones. Algunas son de carácter realista y otras adoptan imágenes fantásticas, de manera que alimentan el mundo del imaginario. Hablamos, pues, de gigantes, cabezudos, enanos y bestias como los dragones, las mulasses, las águilas, etc.
Ya de antiguo, una de las características de las fiestas barcelonesas era la importancia de los actos celebrados en la calle, especialmente grandes procesiones y fastuosos desfiles. Numerosas referencias documentales relatan acontecimientos, como entradas reales, de personalidades de peso y celebraciones religiosas, con una notable presencia de entremeses festivos, entre los cuales figuran los gigantes y el bestiario.
De todas las celebraciones, el Corpus Christi, celebrado en Barcelona desde 1320, sobresalió en este sentido. El Corpus, y más concretamente la procesión, propició la creación de una teatralidad en la que los elementos de la imaginería festiva tenían un papel de primer orden, a la vez que se definía una manera concreta de entender la fiesta y su ritualidad. Hoy podemos observar todavía su legado en muchas de nuestras fiestas. Llevan esta herencia los gigantes, las bestias, los bailes populares y más representaciones muy vivas en las fiestas mayores de todo el país.
En Barcelona la imaginería festiva es un ámbito de gran participación y muy dinámico que ha suscitado un fuerte movimiento asociativo. Los barrios disfrutan de figuras festivas que salen por las fiestas mayores y organizan encuentros. Pero donde realmente se puede medir la fuerza y el impulso de este ámbito es en las Fiestas de La Mercè, con una gran cantidad de actividades y actos en torno a las figuras de imaginería festiva.