Construcciones humanas
Las construcciones humanas de tipo festivo pretenden crear estructuras por medio de arquitecturas en las que la pieza de construcción fundamental es la persona. Son construcciones más o menos espectaculares, de alturas variables y formas diversas, con una característica común: requieren esencialmente esfuerzo, técnica y trabajo colectivo.
En el mundo encontramos diversas tradiciones basadas en construcciones humanas. Las más alejadas de nosotros las localizamos en la India: son las govindas, estructuras que se alzan con el objetivo de romper el handi, un tarro de barro con mantequilla y otros alimentos. En Europa, en poblaciones del sur de Italia se levantan unas construcciones ―los pizzicantò― que se hacen girar al ritmo de unas estrofas cantadas por los mismos componentes.
Del mismo modo, en los Países Catalanes encontramos manifestaciones tradicionales que emplean construcciones humanas. Las muixerangues o mojigangas en la Comunidad Valenciana ―también con presencia en el Principado― o la pila de Taüll son buenos ejemplos de ello.
Pero las grandes construcciones de este ámbito de la cultura popular y tradicional las llevan a cabo los castellers y los falcons, dos actividades en un proceso de gran crecimiento en todo el territorio catalán.
En Barcelona disponemos de las tres manifestaciones tradicionales: seis colles de castellers, una de falcons y una de moixiganguers que levantan espectaculares estructuras con la intención de tocar el cielo de la ciudad.