Una danza viva es aquella que se ejecuta en una fiesta concreta y en un momento concreto de la fiesta. Estas danzas se llevan a cabo en los momentos principales de la celebración, cuando la ritualidad se hace más explícita.

Los danzantes, a menudo, no provienen de ninguna formación concreta ni volverán a ejecutar la danza en cuestión. La manera como los danzantes acceden al baile es diferente en cada población: bien es por sorteo, bien porque se han casado aquel año, bien porque ejercen un cargo determinado, etc.

Otra característica, y siempre hablando desde una óptica generalista, es que el lugar natural de ejecución de la danza es la plaza o la calle. Al alejarse del escenario, pierde fuerza el concepto de espectáculo en favor del de ritual.

En Catalunya el patrimonio de danzas vivas es tan rico y extenso como desconocido. Entre los géneros más populares, están el contrapás, la jota, la sardana, etc.

Barcelona no es una población especialmente rica en danza viva, pero disfruta de algunos exponentes dignos de mención, como el baile de rams de Hostafrancs o el galop de La Mercè.