Esta plaza fue inaugurada en 1983 y estaba delimitada por una construcción porticada que la cerraba y la aislaba del barrio. En un extremo se ubicaba el equipamiento comunitario Ateneu La Bòbila. La dificultad para entrar o salir e importantes barreras arquitectónicas la habían convertido en un espacio infrautilizado y al margen de la vida cotidiana de los vecinos.

Las reivindicaciones vecinales reclamaban la reforma integral del conjunto. A través de un proceso participativo, se establecieron las siguientes directrices: reconectar el parque con la vida cotidiana de los vecinos eliminando las barreras existentes y generando un espacio inclusivo, accesible y seguro y con perspectiva de género; reactivar la vida social del barrio y la red comunitaria, proporcionando un apoyo que diera respuesta a múltiples necesidades y actividades; las personas, las protagonistas; renaturalizar el espacio y aumentar la biodiversidad del espacio público; mejorar la calidad de vida de los vecinos, y transformar el parque en un espacio de salud y un refugio climático.

Actualmente, una nueva red de recorridos accesible conecta el barrio a través del parque. A los espacios del parque, como el ágora, el umbráculo, el gimnasio, los juegos infantiles, el área de deporte, el lago naturalizado o la gran plaza polivalente, se suman los espacios del equipamiento comunitario Ateneu La Bòbila, que se reforma, se amplía y se integra como un uso más.