El parque de Antoni Santiburcio se enmarca en la creación de nuevos espacios verdes en los antiguos Cuarteles de Sant Andreu, en el contexto de transformación de una nueva zona urbana que incorpora a la ciudad dos grandes superficies de 5 y 6 ha de terrenos reintegrados al entorno en forma de nuevos espacios verdes, equipamientos y viviendas.

La variedad de la vegetación, el cromatismo en diferentes épocas del año y la biodiversidad son rasgos distintivos del parque. Además, incorpora técnicas de drenaje sostenible para la gestión de las aguas de lluvia de una gran parte del parque, aguas que se aprovechan mediante la infiltración en el subsuelo.

La zona de juegos infantiles tiene una superficie de 6.706 m² y un pavimento de caucho de múltiples colores rodeado de un parterre arbustivo que lo separa de las calles y una zona de parterres florales. Pero el elemento más destacado es una impresionante fuente que funciona como un jardín de agua, un refugio climático donde refrescarse durante los meses de más calor. Dispone de 234 surtidores situados en el suelo y distribuidos en 13 hileras que funcionan de manera independiente, cosa que permite que el agua alcance diferentes alturas, y proporciona una gama de modalidades de juego. Además, cada surtidor está equipado con ledes para crear coreografías y jugar con los colores según el horario programado. La fuente está diseñada para ofrecer un espectáculo en una zona lúdica con la máxima seguridad. El sistema de tratamiento de agua en cadena garantiza una calidad óptima del agua, y se incluye como una de las medidas del plan Clima de la ciudad de Barcelona.

Esta fuente es transitable, un espacio abierto y pavimentado en una plaza del parque, para hacerla más accesible mientras funciona como espacio lúdico y más versátil, ya que el espacio queda libre para otros usos alternativos cuando la fuente está parada.