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Centro Deportivo Municipal Turó de la Peira

Antes de la construcción del actual Centro Deportivo Municipal Turó de la Peira, había una piscina y una pista deportiva obsoleta y encajonada entre edificios, con un entorno duro de pavimentos y hormigón. Estos dos equipamientos deportivos se concentraron en un solo edificio, con la piscina climatizada en la planta baja y la pista polideportiva en la planta superior. Eso liberó espacio para la construcción de un jardín de interior de manzana, con vegetación autóctona y tierra permeable. Se ha apostado por la eficiencia energética y la autosuficiencia con arquitectura pasiva, claraboyas y ventanas, monitorizadas con sensores, que garantizan la ventilación y la iluminación naturales. Como está semienterrado, se minimiza la superficie de fachada y se evitan pérdidas térmicas. El aislamiento se adapta a la orientación. El edificio tiene un sistema de aerotermia para producir agua caliente. La iluminación tiene sistemas de regulación de potencia en función de la iluminación natural. Toda la cubierta está revestida de placas fotovoltaicas, que generarán el 90 % de la energía necesaria en el edificio. Se ha utilizado una estructura de madera laminada para reducir la huella ecológica. Una galería verde hidropónica rodea el edificio y reduce la radiación solar en tres de sus fachadas. Las aguas pluviales recogidas en un depósito en el sótano cubren las necesidades de riego de la fachada verde.