Construido con métodos industrializados a partir de contenedores marítimos reciclados, este edificio —de 42 alojamientos, repartidos en 7 plantas y formados por un total de 77 módulos prefabricados— se enmarca en la apuesta municipal de innovar para hacer frente a la emergencia habitacional. Siguiendo los ejemplos de éxito de proyectos similares en ciudades como Londres, Copenhague o Vancouver, se trata de un modelo de alojamientos de construcción rápida, sostenible y de calidad que tiene como objetivo evitar la expulsión de vecindario de los barrios.

Los APROP son equipamientos destinados al alojamiento temporal, el acceso al cual deriva siempre de los servicios sociales, y con una estancia prevista de un máximo de dos años. De carácter transportable, se sitúan en solares vacíos pendientes de ser ocupados por viviendas o equipamientos, en los entornos donde los vecinos y las vecinas en proceso de exclusión residencial hacen su vida cotidiana. El uso temporal de estos solares permite que los y las demandantes de vivienda mantengan la residencia cerca de sus espacios de origen.

El sistema constructivo industrializado permite realizar una gran parte de las tareas en el taller, cosa que reduce notablemente los plazos de ejecución y el impacto ambiental de la construcción. Los contenedores marítimos se adecuan como alojamientos de 1 o 2 dormitorios, de 30 y 60 m². Ambos disponen de iluminación y ventilación natural y espacios propios y comunes exteriores (balcones y pasarelas), están equipados con mobiliario funcional y versátil y aseguran el confort térmico, acústico y luminoso gracias al uso de sistemas de instalaciones, aislamiento y prestaciones espaciales de gran calidad y eficiencia.