El gegantó Lloro del 36, vinculado a la colla gegantera del Poblenou, es una figura que representa a un personaje conocido de la tradición del barrio: el loro (lloro) —hoy disecado— que pertenecía a la licorera de la calle del Taulat, justo delante de donde estaba la parada del tranvía 36. Es una figura gris con la cola roja que lleva una gorra de plato de tranviario.

El loro de la licorera es protagonista de una historia bastante divertida. Dicen que aprendió a imitar el silbato de los jefes de línea y, por eso, el tranvía siempre salía de la estación antes de tiempo.

La iniciativa de construir el gegantó surgió de los portadores de gigantes del propio Poblenou, que querían una figura que pudieran llevar los niños y niñas de la colla. Se encargó al artista egarense Jordi Grau, del Taller El Drac Petit, que lo terminó en setiembre de 1996, a punto para participar en la fiesta mayor del barrio, a la que no ha faltado nunca desde entonces.

El Lloro del 36 también sale en las Fiestas de La Mercè y en las de Santa Eulàlia, y en los encuentros y pasacalles donde lo invitan, siempre llevado por los más jóvenes de la colla de Gigantes del Poblenou. Cuando no sale se puede visitar en el Centro de Imaginería Festiva Can Saladrigas, donde está expuesto permanentemente con las demás figuras del barrio.