El Lleó de Barcelona es una figura que forma parte del bestiario histórico de la ciudad. Representa a un león con una postura majestuosa y una corona, que simboliza el poder.

Antiguamente, el león era un elemento ligado a las festividades religiosas, especialmente a la procesión del Corpus. En aquel momento es posible que representara al evangelista san Marco, junto con el Bou y la Àliga, que serían san Lucas y san Juan, respectivamente. Hay constancia de ello desde el siglo XV, cuando durante las fechas señaladas salían hombres disfrazados de león con pieles y cabelleras. Y en 1601, con motivo de la fiesta de canonización de san Raimundo de Peñafort, ya se tiene constancia de una figura parecida a la que tenemos hoy, con carcasa y corona.

Al principio, los responsables de sacar la figura eran el gremio de curtidores, que tenían una capilla en la parroquia del Pi. Eran conocidos por lleonets (leoncitos), porque cuando salían a acompañar a la figura llevaban, entre más elementos, máscaras de león.

En el siglo XVII se convierte en el elemento más divertido y apreciado del bestiario barcelonés, gracias a las actuaciones que hacía en las salidas, con gritos y mucho alboroto. Pero en 1780, por medio de una cédula dictada por el rey Carlos III, se prohibieron los gritos y las actuaciones exageradas. Sin embargo, la figura continuó saliendo en todo tipo de actos, aunque sin desenvoltura. Durante los siglos XVIII y XIX hay numerosas referencias de actuaciones del Lleó, sobre todo en las procesiones del Corpus, donde participó hasta 1870.

Después de más de un siglo sin ninguna pista más de la figura, en los años noventa del siglo XX, dentro del proceso de recuperación de la imaginería festiva de Ciutat Vella, la Associació d’Amics dels Gegants del Pi decidió volver a construirla. Se encargó al imaginero de Solsona Manel Casserras i Boix, que lo terminó en 1993. Desde ese momento, se incorporó al Séquito Popular de Barcelona, y todavía hoy encabeza el bestiario junto al Àliga de la ciudad.

El Lleó de Barcelona es una pieza que tiene danza propia: el baile del Lleó, con música de Jordi Fàbregas i Canadell y coreografía de Xavier López. Se estrenó en el Toc d'Inici de 1994.

La figura sale cada año en fechas señaladas del calendario festivo barcelonés: por Santa Eulàlia, La Mercè, San José Oriol o el Corpus. Cuando no sale, se puede visitar en la Casa de los Entremeses, donde está expuesta permanentemente con gran parte de la imaginería festiva de Ciutat Vella.