El Fènix es una figura que pertenece a la Colla del Drac del Poblenou y representa a esta ave convertida en mito milenario, símbolo del resurgimiento después de la muerte, que renace de sus propias cenizas. Aunque lanza fuego cuando baila, no es una figura de correfoc.

En la imaginería popular y festiva, ya encontramos al fénix desde hace siglos. Dicen que una figura que se llamaba igual ya participaba en actos solemnes de Barcelona en la Edad Media; por eso la colla del Poblenou decidió recuperarla.

La nueva ave se proyectó a partir de un diseño de Manel Ollé, el artista y miembro de la colla que ha ideado las demás bestias de la comparsa. Él mismo la construyó, junto con Joan Carles Soler, en el año 2011. En noviembre se estrenó, en una ceremonia con performance en la que se escenificó el nacimiento del fénix, que salió de un huevo. Desde entonces, sale a bailar durante las fechas más importantes del calendario festivo del barrio.

El nuevo Fènix es el protagonista de una fiesta ideada por la colla y ligada al simbolismo de la figura —renacimiento, renovación después de un ciclo vital... —, que se organiza cada año dos semanas antes de Navidad. Empieza con la Cercavila de la Mort (pasacalle de la muerte), que recorre las calles del barrio hasta la playa de la Mar Bella, donde se representa la muerte y el renacimiento del pájaro con un espectáculo de música y fuego. Precisamente para este acto, la bestia tiene una serie de melodías propias: Toc d’inici, Renaixement de les cendres, Cercavila y Ballada de lluïment, compuestas expresamente por Ester Vela e interpretados por los grallers de la Colla del Drac. De las coreografías, se encargan los portadores y bailadores de la colla.

Cuando no sale, se puede visitar en el Centro de Imaginería Festiva Can Saladrigas, donde está expuesto permanentemente con las demás figuras del barrio.