El Drac de Gràcia es la pieza más antigua del bestiario popular del barrio, que encontramos tanto en pasacalles como en espectáculos de fuego en las fechas señaladas del calendario festivo del barrio. Es una figura que ha sido catalogada de drac reptant (dragón reptante) y, por el peso y las dimensiones que tiene, la tienen que cargar dos personas.

El origen del dragón se tiene que buscar al principio de la década de los ochenta, cuando el Área de Cultura de Gràcia convocó un concurso de diseño para construirlo. Lo ganó el artista Néstor Pellicer y a partir de su modelo los artesanos de El Ingenio Josep Cardona y Agustí Sevillano se encargaron de hacerlo realidad.

El Drac de Gràcia apareció por primera vez el Día de Sant Jordi de 1982 en una exposición en el Centro Cívico L'Artesà, donde se encuentra actualmente el Centro Artesano Tradicionàrius. Aun así, no hizo su primera salida como bestia de fuego hasta el 15 de agosto de ese mismo año, dentro de los actos de la fiesta mayor del barrio.

La figura es una de las más antiguas de la ciudad; por eso se ha tenido que restaurar unas cuantas veces. La primera, con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992, cuando la pintaron de nuevo y le rehicieron una parte de la cabeza; la segunda, en 1999, cuando repararon las partes estropeadas del cartón piedra y reforzaron la estructura de madera que lo aguanta.

En el año 2004 la artista Dolors Sans hizo una copia, una pieza más ligera hecha de fibra de vidrio que permite unos movimientos más ágiles y vistosos.