En 1992 la Comisión de Fiestas de la calle del Vallespir decidió hacer una pareja de gigantes a partir de dos cabezudos comprados a El Ingenio. Los artesanos de la fiesta de la calle les hicieron unos caballetes y de los trajes se encargaron los miembros de la comisión. Dos años más tarde, en 1994, las figuras fueron reformadas por el imaginero Toni Mujal.

Las figuras son un homenaje al comercio de proximidad del barrio y, por eso, se inspiran en dos personas reales: el charcutero Joan Vidal y la pescadera Núria Rius. Aun así, fueron bautizados con los nombres de Laia Espir y Tomeu Vall, en honor del patrón del barrio de Sants, san Bartolomé (Bartomeu, en catalán).

Desde su nacimiento, Tomeu y Laia participaban en el pasacalle de la fiesta mayor y en la Cabalgata de Reyes de Sants-Les Corts. Pero de hacerlos bailar siempre se encargaban los geganters de la Asociación de Amigos de los Gigantes Ramon y Lola, porque la pareja no tuvo nunca un grupo de portadores estable.

En el 2013, la Comisión de Fiestas cedió el mantenimiento y la salvaguarda de los gigantes a la Asociación de Amigos de los Gigantes Ramon y Lola del Raval. Por eso, desde entonces la pareja se puede ver expuesta en la Casa de los Entremeses.