El Señor del Carnaval ―también conocido como Don Carnal― es un personaje ficticio que preside todas las actividades del ciclo festivo de carnaval. Tanto por su carácter como por su indumentaria, representa el ambiente de desenfreno y transgresión que caracteriza esta fiesta: suele ir disfrazado de manera estrambótica, y en todo momento mantiene una actitud alocada, burlona y descarada. En Barcelona, como en muchas ciudades, el Señor del Carnaval es representado por un actor.

Habitualmente aparece el sábado de carnaval, momento en el que empiezan las celebraciones. Inaugura el ciclo carnavalesco con un discurso que suele repasar en clave satírica las principales efemérides del año y acaba invitando a toda la ciudadanía a unirse a la diversión desenfrenada. El resto de días hasta el miércoles de Ceniza se dedica a presidir bailes de máscaras, cabalgatas y todo tipo de desfiles.

Finalmente, el martes de carnaval es juzgado por su mal comportamiento y condenado a muerte. Después de leer el testamento, siempre impregnado por el mensaje de disfrutar de la vida despreocupadamente, es quemado en un lugar público. Tomando a Don Carnal como chivo expiatorio: de esta manera se representa el final del periodo de carnaval y el inicio de la Cuaresma, siete semanas presididas por la austeridad y la abstinencia.