Literatura carnavalesca
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Carnaval es un ciclo festivo muy rico. La principal característica de la celebración es la transgresión. Gracias a toda una serie de manifestaciones cargadas de subversión y de sátira, durante una semana se crea un universo gobernado por el escándalo, el despropósito y el desenfreno.
La literatura carnavalesca se expresa a partir de los bandos, sermones, testamentos, discursos, etc. Si nos fijamos, ya desde el título, todos estos textos quieren parodiar lo que el resto del año es serio y emana de las autoridades, sean civiles, eclesiásticas o de cualquier tipo.
La fórmula suele ser siempre la misma: hacer burla de los que mandan y de los hechos más destacados del año. En definitiva, ejecutar una especie de juicio del año desde una óptica transgresora y popular. La forma es diversa, pero se suele hacer uso de versos que dan ritmo y acentúan la acidez del discurso. También hay quien se sirve de la prosa para llegar al equívoco, la invención de palabras y la confusión semántica.
Repasando los bandos y los discursos escritos en el curso de los años, se puede llegar a construir una crónica de lo que ha preocupado más la sociedad o de aquello con que se ha sentido más molesta, un hecho que da un valor añadido muy interesante a la literatura carnavalesca.
En Barcelona, por el contenido, la continuidad y la trayectoria, se destacan los bandos de Gràcia, redactados por el Consell dels Bulls, y el parte médico de Sants, redactado por el equipo médico habitual.