Home dels Nassos
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Cuando está punto de acabar el año, los genios proliferan más que en ninguna otra fecha. De toda la tropa fantástica, el Home dels Nassos es el más misterioso y también el más desconocido de todos. Y eso que, de niños, bastante habíamos salido a buscarlo, por indicación de nuestra madre, padre o algún otro adulto.
El último día del año, se hace creer a los niños que por las calles pueden encontrar un hombre "con tantas narices como días tiene el año", es decir, una sola. Pero no se dan cuenta de la trampa y buscan a un hombre estrafalario, incluso a un chico monstruoso. Ya veis, un hombre de 365 narices, qué cantidad de trabajo debe tener al sonarse.
Según Joan Amades, en Barcelona era tradición de encontrar al Home dels Nassos en el punto de mediodía en Pla de Palau, delante de la Llotja. Se subía a un cadalso para que todo el mundo lo pudiera ver con unas cuantas docenas de sábanas para sonarse las 365 narices (que forzosamente debía tener repartidas por todo el cuerpo, ya que en la cara no le cabían en absoluto).
Actualmente una serie de poblaciones, como Reus, Flix o Barcelona, representan a este personaje en forma de cabezudo. El Home dels Nassos barcelonés entrega a las autoridades de la ciudad la llave que abre la puerta del año nuevo, al mismo tiempo que se convierte en mensajero de los ciudadanos, porque hace llegar a los que mandan un memorial de los deseos de la gente.
En el terreno familiar, hay quien ha otorgado a este personaje la responsabilidad de llevar los juguetes a los niños, rehuyendo la tradición forastera de Papá Noel y desmarcándose de la tradición de los Reyes por los motivos que sean, muchas veces por pragmatismo y logística familiar.
El Home dels Nassos es uno de los genios de nuestro imaginario, muy probablemente un recuerdo o una evolución del dios Jano, emparentado también con Fumera. Y aquí hay que mencionar igualmente al Home de les Orelles, derivación directa del de los Nassos, que sale el día 30 con tantas orejas como días tiene el año.