El caganer es una de las figuras más características y populares de nuestro pesebre. Es el contrapunto pragmático de toda la representación y la mística del misterio de Navidad.

Aunque es en Cataluña donde esta figura ha hecho fortuna, no es en absoluto exclusiva del pesebre catalán. Podemos encontrar caganers en Murcia, Portugal, Nápoles, etc., donde son conocidos con el nombre de cagones, cagoes y cacone o pastore che caca, respectivamente.

La iconografía tradicional presenta al caganer como un hombre con barretina, agachado y con las nalgas en el aire, que fuma pipa o un cigarro y que a veces lee el periódico. De vez en cuando esta figura va acompañada de un cerdito que olfatea por detrás con curiosidad.

Desde hace unos cuantos años, algunos creadores de figuras recrean en el caganer a personajes de actualidad. Podemos encontrar a jugadores de fútbol, a políticos, al papa, a actores y a cantantes. La novedad del año se espera como agua de mayo y suele tener bastante resonancia mediática.

Todo parece indicar que este personaje se introdujo en el pesebre a finales del siglo XVII o principios del XVIII. Pero no era en absoluto una imagen de nueva creación: las antiguas baldosas de los oficios ya la habían representado.

Los caganers se han convertido en objeto de coleccionismo. Ningún otro personaje del pesebre ha despertado tanto interés. E incluso hay una asociación, los Amics del Caganer, que se ocupa de la investigación y la divulgación de esta figura entrañable, organizando exposiciones, publicaciones, etc.

Todavía suscita controversia la interpretación de este personaje dentro del pesebre. El interrogante continúa sin respuesta.