Ferran y Mercè son la pareja de gigantes nobles vinculados a la iglesia de Sant Jaume Apòstol, originariamente situada en la plaza de Sant Jaume. Más adelante, la ampliación de la plaza hizo variar la ubicación y se trasladó definitivamente a la calle de Ferran.

La historia de los gigantes empezó en el año 2007, cuando se constituyó la Associació Gegantera dels Gegants de Sant Jaume con el objetivo de recuperar a unos supuestos gigantes de la parroquia, de los que se decía que habían existido muchos años atrás. Los integrantes de la colla empezaron una tarea de documentación que los llevó a los archivos de la parroquia de Sant Jaume y de la Casa de l'Ardiaca. Prácticamente no se pudo encontrar información y, por eso, decidieron construir unos nuevos a partir de la imagen arquetípica del gigante catalán: él, con casco y porra, y ella, como una elegante y fina dama con abanico y un ramo de flores en la mano.

Martí Ribé, diseñador y portador de gigantes de la colla, elaboró el esbozo de las nuevas figuras y el escultor Manel Casserras i Solé fue el encargado de hacer realidad el proyecto.

Primero terminaron la giganta, que se presentó en el 2009, apadrinada por los Gigantes del Pi y los Gigantes de Santa Maria del Mar. La bautizaron con el nombre de Mercè, en honor de la patrona de la ciudad. Y al año siguiente, en el segundo encuentro geganter de Sant Jaume, se presentó el gigante, a quien nombraron Ferran, porque en la calle que lleva ese nombre es donde actualmente se encuentra la parroquia de Sant Jaume Apòstol.

Desde el nacimiento de las figuras, la colla que las porta ha participado en las Fiestas de La Mercè y las de Santa Eulàlia, y cada año organiza un encuentro geganter el sábado más próximo al 25 de julio, día de Sant Jaume (Santiago).