Santa Llúcia: pesebres, modistas, "carasses" y "escudella"
06DIC2016
El 13 de diciembre se celebra la fiesta de santa Llúcia, un nombre que para los barceloneses es sinónimo de figuras de pesebre, de musgo y de verde, productos que se venden en la tradicional Feria de santa Llúcia que se instala en los alrededores de la Catedral de Barcelona hasta el 23 de diciembre.
Ahora bien, la fiesta no siempre se ha celebrado del mismo modo. Todo el mundo ha escuchado alguna golpe aquello de "que santa Llúcia te conserve la vista", un dicho que no es casual. Santa Llúcia es la patrona de las modistas, de los sastres y de todos aquellos que trabajan en el arte de la aguja, de ahí que la tradición la considerara protectora de la vista, especialmente en un tiempo en que el oficio de modista era muy común.
La de santa Llúcia se conocía antiguamente como la "fiesta de las muchachas" y, si en Barcelona estas jóvenes (conocidas con el nombre de "llucietes") invadían el parque de la Ciutadella y organizaban una gran fiesta, en muchos puntos de Catalunya iban de pueblo en pueblo cantando canciones.
Hoy hay pocas modistas y la fiesta, por lo tanto, no tiene las características de otros tiempos. De hecho, incluso algunas tradiciones propias de la fecha que se han mantenido se han modificado con los años. La Feria de Navidad de Santa Llúcia se celebra en Barcelona, como mínimo, desde el 1786, pero durante el siglo XIX, a diferencia de la actualidad, estaba claramente dividida entre una feria donde se venían las figuras, casitas y el resto de elementos para hacer el pesebre y una segunda feria dedicada exclusivamente al verde, donde se vendían el musgo, el corcho y las hierbas necesarias.
Mientras dura la Feria de santa Llúcia, en los alrededores de la Catedral hace su aparición la Carassa, un personaje del bestiario festivo barcelonés que consiste en una gran cabeza barbuda que, pese a atemorizar a los más pequeños, es más dulce de lo que parece: reparte caramelos. Originalmente, las Carasses se encontraban en el interior de los principales templos barceloneses (la de la Catedral era del siglo XVI, pero también había Carases en la Basílica de los Santos Justo y Pastor y en Santa Maria del Mar), donde soltaban su carga de caramelos tras lanzar un grito escalofriante. Cuando las autoridades eclesiásticas prohibieron esta práctica, la Carassa se trasladó a las calles de la ciudad y se convirtió en una tradición navideña más. La veréis nuevamente este año, acompañada de los "grallers", bailando y haciendo felices a los niños por las calles del barrio Gótico.
Recordad, finalmente que hay tradiciones de Santa Llúcia por toda Catalunya y que, no muy lejos de Barcelona, en Gelida, la festividad de Santa Llúcia se celebra de otro modo: con una "escudellada" popular, un guiso que se elabora con los ingredientes que aporta cada vecino, una tradición que se remonta, como mínimo, al siglo XVIII.
Fira de Santa Llúcia a Barcelona