San Martín: arcos, caballos y un veranillo
16NOV2017
San Martín: arcos, caballos y un veranillo
Tiene su propio arco, su fiesta convierte el final del otoño en un periodo estival y es patrón de la caballería y los animales de pie redondo. El 11 de noviembre se celebra San Martín, en recuerdo de un santo muy venerado en Francia y con mucho predicamento, también, en Catalunya.
En el barrio de Sant Martí de Provençals, en el parque de Sant Martí de Barcelona, aún se conserva un casco antiguo con algunas masías situadas alrededor de una iglesia. Es un oasis de paz en plena la ciudad que nos hace pensar en la pequeña capilla que, en el siglo XI, dio origen al conjunto. Durante la segunda mitad del siglo XV se construyó el templo, que se quemó en 1936 para ser reconstruido más tarde. Durante muchos años, la puerta de esta iglesia estuvo llena de herraduras clavadas en la madera, un hecho habitual en los templos dedicados a San Martín. Todavía se puede comprobar visitando la iglesia de Sant Martí de Arenys de Munt, donde se conservan las puertas originales con las herraduras clavadas. Hay quién cree que la costumbre de clavar en la puerta de la iglesia las herraduras de los animales de pie redondo (que habitualmente se renuevan o cambian a primeros de noviembre) constituye una especie de exvoto en agradecimiento por la recuperación de algún animal enfermo. Joan Amades cuenta que el día de San Martín era fiesta para los herreros, que de ninguna manera trabajaban aquel día. Y también que los profesionales de la herradura regalaban una de cada cuatro cuando herraban un caballo en los días anteriores a la fiesta del santo. También se dice que, entre las herraduras que se clavaban en la puerta de una iglesia dedicada a San Martín, una se volvía de oro, lo que indicaba la fortuna que obtendría posteriormente el propietario del caballo o la bestia de pie redondo en cuestión.
Con un nombre que hace referencia al dios de la guerra de los romanos, Marte, el santo habría nacido en la Panonia (Rumanía-Hungría) en el siglo IV y, viviendo en el actual territorio italiano, habría entrado en contacto con el cristianismo y habría entrado a formar parte del ejército. Durante esta etapa, dice la tradición, se encontró con un mendigo medio muerto de frío, al cual habría dado alimentos y la mitad de su capa en nombre de Jesucristo. En aquel momento, se habría abierto el cielo y habría aparecido un rayo de sol con la forma coloreada del Arco iris, conocido en Catalunya como el "Arc de Sant Martí". La temperatura subió con la aparición del sol, por eso se habla del Veranillo de San Martín, fenómeno meteorológico que, cada año, aporta un último momento de calidez antes del inicio del invierno. Retirado de la vida militar, San Martín habría sido nombrado obispo de la ciudad francesa de Tours, por eso se le conoce como San Martín de Tours, localidad donde murió a finales del siglo IV. Fue el primer santo en obtener esta consideración sin haber pasado por el martirio y rápidamente, visto su historial como caballero militar, fue conocido como patrón de la caballería.
El culto al santo se extendió pronto por Catalunya donde, empezando por la abadía de San Martín del Canigó, en la Catalunya francesa, empezaron a aparecer capillas y templos dedicados al santo. Su fiesta coincide con el otoño y, por lo tanto, con el momento de llenar la despensa. De ahí que, por San Martín, las gentes del campo hagan la matanza del cerdo en una celebración que, pese a su carácter sanguinario, sirve para reunir amigos y familia en una gran fiesta.
San Martín es, aún hoy, patrón de muchas localidades catalanas y ampara muchas celebraciones tradicionales, entre las cuales la Feria de Sant Martí de Puig-reig (Berguedà); la Fiesta Mayor de Invierno de Calonge, durante la cual se celebra la llegada del primer vino del año; el Aplec de Sant Martí de Santa Pau (La Garrotxa); la Fiesta Mayor del Clot y el Campo de l'Arpa, en Barcelona; o la Fiesta de Otoño de Cerdanyola del Vallès.