San Juan Congo, patrón de los afro-venezolanos
22JUN2016
La tarde del jueves 23 de junio, antes de la verbena, podremos disfrutar en Montjuïc de una fiesta de San Juan en la forma en que se celebra en Venezuela, con tambores que harán bailar el mismo santo.
La noche de San Juan, en Cataluña, en la Península Ibérica y otros lugares del Mediterráneo, se vincula con el fuego y con la celebración del solsticio, el inicio del verano. ¿Pero puede tener el mismo significado en una latitud tropical, donde la diferencia entre verano e invierno es prácticamente imperceptible?.
San Juan Bautista, junto con su primo Jesús, son las únicas figuras del cristianismo de las que se celebra el nacimiento. El hecho de que ambas celebraciones estén opuestas en el calendario, correspondiéndose con los solsticios de verano e invierno, respectivamente, indican el origen pagano de la elección de estas fechas. El culto cristiano, con su santoral, llegó al Caribe y en Sudamérica con los colonos españoles y portugueses, que intentaron evangelizar a los pueblos nativos y también los africanos que llevaban en cautiverio.
En un nuevo continente, y con un nuevo clima, la fecha fijada en el calendario ya no se correspondía con el inicio del verano, sino con una pequeña pausa dentro de la temporada de lluvias, que en Venezuela se llama justamente invierno, por ser la época donde las temperaturas nocturnas descienden ligeramente. En una sociedad donde predominaba la actividad agrícola de las plantaciones, también coincidía con el fin de las cosechas, y los dueños esclavistas daban unos días de fiesta a los trabajadores africanos, que lo celebraban con bailes y música de tambores.
En la población de Curiepe, muy cerca de Caracas, en el corazón de una región con gran concentración de habitantes de origen africano, existe un culto y una fiesta de San Juan donde se han mezclado elementos cristianos con otros propios de la cultura de los antiguos esclavos, y que no sólo tiene connotaciones religiosas sino también políticas e históricas. Está documentado que, hasta la década de 1870, la figura que se veneraba en esa fecha no era un San Juan Bautista, sino San Juan Congo, una figura negra, con atributos fálicos, y una clara inspiración africana.
La presión social de la iglesia y las élites blancas consiguió que el santo negro fuera sustituido por otro blanco representando al Bautista, pero la leyenda sobre el santo original se conservó: Nos habla de un esclavo de ascendencia real, llegado al nuevo mundo a finales del siglo XVII. Llegó a las costas de Venezuela acompañado de su hermano que, incapaz de superar la tristeza del cautiverio, decide quitarse la vida, como hacían muchos esclavos antes de tener que trabajar para un amo blanco. El hermano superviviente logró comprar su libertad, y organizó al resto de africanos para hacer colectas cada año y poder liberar algunos esclavos. Estos africanos libres son los que, a inicios del siglo XVIII, fundaron el pueblo de Curiepe, y desde entonces celebran este hito de su historia. Se trata, pues, de una fiesta donde encontramos una mezcla de sentimientos: por un lado la reivindicación de su negritud y la alegría por su liberación, pero también el recuerdo triste del sufrimiento y la muerte que supuso el esclavismo.
A lo largo del siglo XX, las migraciones internas dentro del país, propiciadas principalmente por las explotaciones petroleras, esparcieron la cultura de esta región por toda Venezuela, donde actualmente se celebra la festividad de San Juan, que se caracteriza por sacar a bailar una figura de San Juan, ahora sí blanco, bautista, al ritmo de los tambores y los cantos africanos.
El día 23, a partir de las 16 h, tenemos la oportunidad de participar en las celebraciones que hace la comunidad venezolana en Barcelona, con la colaboración del consulado de la República Bolivariana de Venezuela y con el Etnològic actuando como anfitrión.
Toque de tambor durante la celebración de San Juan a Curiepe. Fotografía de Sashab29