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Qi Xi, la noche de los sietes y de los enamorados chinos

04AGO2016

Qi Xi pintura

Descubrimos el equivalente asiático de nuestro San Valentín, celebrado la noche del séptimo día del séptimo mes del calendario chino, que rememora una leyenda milenaria con connotaciones astronómicas.

¿Por qué motivo se escogió San Valentín, un oscuro mártir romano, como patrón de los enamorados? Existen diferentes teorías, desde las que se remontan a rituales paganos o a la observación de los ciclos de apareamiento de algunos pájaros, hasta las que buscan anécdotas en la vida del santo que justificarían esta relación. En realidad es absolutamente prescindible conocer su origen para poder celebrar actualmente esta fecha, liberada de cualquier connotación religiosa y con una evidente huella comercial.

Qi Xi triangle

Algo parecido ocurre en las ciudades chinas y en las comunidades migrades por todo el mundo: las parejas celebran la noche de los sietes -este año el 9 de agosto- saliendo a cenar juntos y regalándose flores y bombones, exactamente igual que en el Valentín occidental -que también se celebra en China, cada vez más- pero siempre por la noche. Su origen, en cambio, es bien conocido, existen rituales tradicionales, que ya sólo se observan en áreas rurales, y la fecha escogida tiene una significación muy precisa.

La leyenda que da lugar a la noche de los sietes está documentada desde la dinastía Han y tiene más de 2000 años. Explica que una hija de la diosa del cielo escapó a la tierra porque se aburría, y allí conoció un humilde vaquero, se enamoraron y tuvieron dos hijos. Cuando la diosa se enteró llevó a su hija de vuelta al cielo, pero el vaquero logró reunirse con su amada disfrazado con la piel de un buey. Al descubrir el engaño, la madre separó a los dos amantes con un río. Una vez al año, las garzas, compadecidas por la maldición de los dos amantes, construyen un puente con sus cuerpos para que ambos puedan reunirse.

Esta figura con la que termina la historia, la de los dos jóvenes separados por un río, y una bandada de garzas construyendo un puente entre los dos, se puede observar en el cielo durante la mitad del año, pero especialmente durante las noches de la canícula, en agosto. El río es la vía láctea, y los dos amantes las estrellas Vega y Altair, dos de las más visibles en el hemisferio norte. Las garzas son representadas por la constelación que en occidente se identifica con otro pájaro: el cisne, que está situada en medio del río formado por nuestra galaxia. El triángulo que forman Deneb, la estrella más brillante de la constelación del signo, Vega y Altaïr es conocido en astronomía como el triángulo de verano, y es muy fácil de reconocer en el cielo.

Los rituales tradicionales relacionados con esta noche hacen énfasis en las tareas que se atribuyen a las mujeres casadas, especialmente las relacionadas con coser, ya que la protagonista era una hiladora, y están muy centrados en las jóvenes que buscan pareja y en los recién casados. De todo ello, en ambientes urbanos, el único vestigio que queda es el de mirar al cielo buscando las estrellas que se identifican con los dos amantes.

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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