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Las indianas, una estampación exótica con huella local

26MAYO2016

 Teixit d'indiana procedent del Saló del Tinell. Fotografia d'Enf

Las indianas son unos tejidos de algodón estampados con moldes de madera o de caucho, que significaron una revolución en la indumentaria de las clases populares, ya que permitió acceder a una ropa colorida y vistosa a precios asequibles. Su nombre no tiene nada que ver con los indianos, ya que éstos procedían de las Indias Occidentales, las Antillas, mientras que este tejido es originario de la India, en Asia, donde Portugueses y Holandeses establecieron colonias comerciales a partir del siglo XVI.

La extensión de estos tejidos no sólo está relacionado con la técnica de estampación, sino también con el uso del algodón, que no fue manufacturado en Europa hasta el siglo XVIII, cuando su cultivo se introdujo en las colonias americanas .

El impulso de esta industria en Cataluña fue propiciada por las leyes que gravaron la importación de manufacturas extranjeras. En la exposición estable del museo de Montjuïc puede verse una vitrina con diferentes moldes utilizados para estampar indianas. Si durante la visita la observáis, os proponemos un juego antes de leer las cartelas: ¿Cuáles de los moldes son catalanes y cuáles son asiáticos? Para intentar adivinarlo, se pueden observar los motivos de las estampaciones, ¡pero nunca hay que dejarse llevar por las apariencias!.

Las que son catalanas, proceden del taller Ponsa y Giró, de Sant Martí de Provençals. Este no era el único taller que había en el plà de Barcelona, ​​se diseminaban allí donde se dispusiera de agua abundante y amplios espacios donde secar los tejidos una vez estampados. Estas superficies donde el sol secaba las telas eran llamadas prados de indianas, debían estar cubiertos de hierba para no manchar ni dañar el producto manufacturado, y todo el terreno se teñía del color con el que se estampaba la ropa.
                                                                                                                                                                                                           Tejido de indiana procedente del Saló del Tinell. Fotografía de Enfo

Esta técnica se fue sustituyendo por otras más modernas, y los tejidos de algodón fueron reemplazados por otros que no requerían la importación de una materia prima que ya no se podía adquirir en las colonias españolas de América, independizadas en el siglo XIX. El taller Pons y Giró cerró sus puertas en la década de 1920.

Todavía podemos encontrar un rastro de esta industria en la toponimia barcelonesa. Uno de los 73 barrios de la ciudad debe su nombre a un taller de indianas que existió hace muchos años. Se trata de un barrio del distrito de Sants, al pie de Montjuïc y cerca del río Llobregat, desde donde posiblemente se canalizaba el agua para hervir, blanquear y secar los tejidos. ¿Adivinan el nombre?.

La Marina del Prat Vermell, uno de los barrios más pequeños, tiene su origen en los talleres de indianas que se instalaron, hasta seis documentados en 1851. Uno de ellos, el Prat Vermell, recibía este nombre por el color que adquiría la hierba cuando se secaban los tejidos una vez estampados.

 

 

 

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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