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La Patum: Llegando a los 600 años de fiesta en Berga

14JUN2017

La Patum

Del miércoles, 14, al domingo, 18 de junio, Berga celebra un año más una de las fiestas populares más conocidas del calendario catalán que, desde 2005 es Patrimonio oral e  inmaterial de la Humanidad. El fuego juega un papel destacado en una celebración con cerca de 600 años de historia pero con un nombre más reciente de lo que parece.

Y es que la Patum es una fiesta difícil de explicar si no se ha vivido nunca en directo. Protagonizada por un conjunto de elementos festivos que van del Àliga a la Guita y de los Turcs i cavallets a las Maces y los Àngels, pasando por los Plens, oculta una gran complejidad y algunos secretos. Es una celebración sacra, histórica y popular que nace de las antiguas representaciones medievales y que se celebra coincidiendo con el Corpus Christi. La primera noticia data de 1454 pero, ¿sabíais que el nombre, la Patum, es un invento del siglo XIX y que antes la fiesta se conocía como la Bulla?

 

Cavallet del ball de Turcs i Cavallet La Patum Berga 1947Nació de los antiguos entremeses que se representaban en Berga durante las procesiones del Corpus Christi aunque habrían incorporado elementos precristianos correspondientes al ciclo de regeneración natural tan propio de este momento del año. A pesar de que los significados se hayan superpuesto a lo largo de los años, estos elementos que aluden a motivos naturales aún son visibles en parte de la imaginería de la fiesta. Las prácticas religiosas habrían incorporado estos significados relativos a la naturaleza y los habrían asimilado en unos entremeses que tenían el objetivo de moralizar y resultar ejemplarizantes, desde el punto de vista cristiano, para quienes los seguían. Los entremeses, sin embargo, fueron ganando peso entre la población, que adoptó rápidamente los elementos más festivos en detrimento del mensaje más estrictamente religioso. Es así como las celebraciones originales se habrían ido desdoblando en las procesiones religiosas por un lado y las muestras más festivas de la celebración del Corpus, que habrían acabado generando lo que se conocía como la Bulla o Bullici del Santíssim Sagrament, aparecida como tal hacia la segunda mitad del siglo XIV.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Cavallet del baile de Turcs i Cavallet. La Patum, Berga, 1947

La Patum

Resulta, sin embargo, que esta Bulla no era patrimonio exclusivo de Berga, sino que también se celebraba en otras muchas localidades catalanas. El hecho de que la celebración hubiera tomado este carácter marcadamente laico y popular disgustaba a la iglesia, que, desde el siglo XVI pero especialmente durante el siglo XVIII, dictó una serie de prohibiciones que consiguieron acabar con todas las Bullas... menos com de la de Berga. El secreto de la permanencia habría sido la capacidad de la población y sus habitantes de dotar a la fiesta y sus orígenes de una significación histórica y legendaria que la ha mantenido viva hasta hoy.

Fue durante el siglo XIX, en parte coincidiendo con el Romanticismo, que se empezó a dar un nuevo impulso a la fiesta y, de hecho sin mucha base histórica, se la relacionó con la ocupación árabe de la Península y la Reconquista posterior, elementos (la lucha entre moros y cristianos) que aún hoy están muy presentes en la Patum. Fue en este periodo, en el siglo XIX, que la Patum recibió su nombre, que alude directamente al sonido del tabal, un tipo de instrumento de percusión que es un antiquísimo protagonista de la fiesta y que aporta la base rítmica a las danzas que  forman parte.

Con interpretaciones diversas, la fiesta contiene sin embargo para muchos estudiosos elementos con simbologías antiguas y a menudo relacionadas con el mundo natural que van del enfrentamiento entre el bien y el mal a ritos de fecundación y fertilidad y ceremonias vinculadas con regeneración de la naturaleza. Quizás lo vea quién asista a la Patum de este año, los actos centrales de la cual arrancan el miércoles, con la tradicional Passada que protagonizan el Tabaler y los cuatro Gegants, acompañados de la Banda de la Escola Municipal de Música.

El jueves, 15,  habrá una Patum de lucimiento a mediodía y una Patum completa por la noche; el viernes, 16, será el día dedicado a la Patum infantil; y el sábado, 17 de junio,  habrá una nueva Passada, además de los tradicionales Salts de la Patum. EL domingo, 18, finalmente, entre otras convocatorias,  habrá una nueva Patum a mediodía y una nueva Patum completa por la noche.

Quién  asista participará un año más en una fiesta de los sentidos hecha de fuego y pirotécnica, del sonido hipnótico de la percusión, de danzas y de significados diversos pero, especialmente, de pasiones y de misterio. Vivir la Patum es realizar un viaje en el tiempo que nos lleva desde los rituales paganos propios de las antiguas sociedades agrarias a las tradiciones religiosas cristianas y de las luchas interreligiosas a las actividades más masivas y participativas propias de la cultura del siglo XX. 

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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