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Krampusnacht o la cara más oscura de la Navidad

22NOV2017

Krampus

Krampusnacht o la cara más oscura de la Navidad

En nuestro país, la Navidad es un tiempo de paz y buenos sentimientos, libre (o casi), de elementos maléficos. No sucede lo mismo en algunas zonas del centro de Europa, donde el ciclo festivo de la Navidad incluye una presencia aterradora. ¿Habéis oído hablar alguna vez sobre el Krampus?

En Austria, y especialmente en Salzburgo, en el Tirol y en las zonas alpinas, en muchos lugares de Alemania entre ellos Bavaria, en los países del Este en general... Tened cuidado si os paseáis por esta parte de Europa durante el mes de diciembre porque os podríais encontrar con el Krampus. Y es que quizás en nuestro país la presencia demoníaca relacionada con la Navidad se limite al "dimoni escuat" (demonio sin cola) de la canción y a los diablillos de las clásicas representaciones de los "Pastorets", pero en otros países de Europa, esta figura maléfica representa el contrapunto a San Nicolás o Santa Claus y a toda la amabilidad y dulzura navideñas. Si el uno llena de juguetes y regalos a los niños y niñas que se han portado bien durante el año, el otro... sale en busca de los niños que se han portado mal para meterlos en un saco o en el cesto que carga a la espalda y llevárselos al infierno para devorarlos.

Todo nace, de hecho, de los rituales precristianos de los habitantes de las zonas alpinas que, en pleno invierno, se convertían en monstruos vistiéndose con pieles de ovejas y otros animales y adoptando el aspecto más terrorífico posible. Hoy, todavía es costumbre en zonas de Austria y Alemania que, la noche del 5 al 6 de diciembre, los hombres se disfracen y se paseen por las calles vestidos con pieles de cabra y terroríficas máscaras y llevando cadenas con las que hacen ruido para asustar a los pequeños mientras bailan frenéticamente. Es la Krampusnacht o Noche del Krampus. Un fotógrafo francés, Charles Fréger, autor de unas series fotográficas que tienen mucho que ver con la etnología y la antropología, descubrió hace unos años la tradición. Y al ponerse a explorar descubrió que como mínimo en una veintena de países de Europa, de Francia a Bulgaria y de Alemania a Italia, pasando por España, se conservaban tradiciones ligadas a rituales paganos en las cuales los miembros de una comunidad se disfrazaban de ogros o monstruos para exorcizar demonios interiores o para rendir tributo a las fuerzas de la Naturaleza. Eran fuerzas maléficas precristianas que, con la llegada del nuevo orden religioso, acabaron asimiladas con el Demonio

El Krampus es uno de estos seres infernales. Pero no está solo porque, también en los Alpes y especialmente en Austria, mientras los hombres se disfrazan de Krampus, las mujeres se visten de Perchta, una especie de bruja o figura maléfica femenina que a veces toma la forma de una mujer bellísima, a veces la de una anciana infernal y en otras ocasiones, la de algún animal. Por eso la tradición la representa con pies de ganso o de cisne. Sus atribuciones varían según la zona, pero se encarga de premiar con una moneda a los chicos y chicas que han sido buenos y de castigar con una crueldad extrema al resto. Según la tradición alemana, es una de las que lideran la llamada "Cacería salvaje", una especie de procesión infernal de almas condenadas parecida a la Santa Compaña que se pasea por los bosques gallegos.

Ambas figuras, las de Krampus y Perchta, son centrales en el ciclo de celebraciones centroeuropeas de Navidad. Y no sólo eso, sino que el Krampus, hace ya tiempo que llegó, de la mano de los emigrantes alemanes, a los EE.UU., donde se ha convertido en el protagonista de algún film... y de muchos desfiles que, en diversas ciudades, marcan el inicio del calendario de festividades navideñas.

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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