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Fiestas del mundo - San Medín: de habas y caramelos

01MAR2018

Es conocida en Barcelona como la fiesta más dulce del calendario, y no resulta extraño, puesto que cada año, el 3 de marzo, fiesta de san Medín, las calles de algunos barrios barceloneses son escenario de una procesión que se caracteriza por el lanzamiento de caramelos. Vuelve a las calles de Gràcia y Sants una tradición especialmente apreciada por los niños.

Pero, pese a que los caramelos sean uno de los elementos imprescindibles de la fiesta tal como la conocemos ahora, el origen de todo... está en un campo de habas. Y es que, según cuenta la leyenda, Medín era un campesino de Sant Cugat del Vallès que tenía un campo de habas allí donde hoy se sitúa la ermita que le está dedicada, en plena sierra de Collserola. Allá, en el siglo IV después de Cristo, lo encontró el obispo de Barcelona, Severo, cuando atravesaba la sierra huyendo de las persecuciones contra los cristianos dictadas por los romanos. Medín se ofreció a esconder al obispo, pero san Severo se  negó, dispuesto a morir por su fe, y exigió al labrador que, si veía a los romanos, les dijera la verdad. Unas horas más tarde, los soldados romanos llegaron a los campos de Medín y, al preguntarle si había visto al obispo, él les respondió que lo había visto pasar cuando plantaba las habas de sus campos. Milagrosamente, aquellas habas recién plantadas crecieron y florecieron en un instante. Y los soldados, pensando que el agricultor les engañaba, lo encarcelaron, martirizaron y degollaron. Al obispo, por su parte, lo capturaron en Sant Cugat y lo martirizaron clavándole un clavo en el cerebro, por eso se le invoca cuando alguien sufre un dolor de cabeza.

Hoy, se recuerda la leyenda de san Medín y, en los distritos de Gràcia y de Sants-Montjuïc principalmente, se le dedica una procesión por las calles de la ciudad y una romería protagonizada por las colles dedicadas al santo.

Fijaos si este año los veis pasar, montados a caballo o subidos en un carro, durante la procesión o la romería: veréis que llevan, además de una medalla del santo y un pomo de violetas, un llacito con una haba, clara referencia a la leyenda que cuenta el triste final del santo.

A pesar de que se haya extendido a otros barrios, parece que el origen de la fiesta de san Medín, tal como la conocemos hoy, está en Gràcia y que le dio forma un panadero del barrio, de nombre Josep Vidal i Granés. Víctima de alguna afección que se resistía a ser curada, Vidal prometió al santo que, si intercedía por él y le curaba la enfermedad, iría cada año a su ermita, en Collserola. Y lo empezó a hacer, en 1829, en una romería a la cual, al regresar a la población, ponía fin... lanzando a sus vecinos unas habas que recordaban la historia del santo.

El peregrinaje de Vidal empezó a atraer a familiares, después a amigos y finalmente a otros vecinos del barrio, hasta convertirse en una tradición. Y hoy, como ya sabréis, no son habas lo que se lanza, sino caramelos, lo que ha conseguido que la celebración sea extremadamente popular entre los niños. Sombreros, paraguas abiertos, bolsas... todo vale para conseguir recoger cuantos más caramelos mejor. Contribuye a la popularidad de la fiesta la espectacularidad de la romería, que reúne a caballos y caballeros, unos carruajes ricamente decorados y a los miembros de las colles de San Medín que, tanto en Gràcia como en Sarrià-Sant Gervasi y en Sants, no dejan ningún año de celebrar la fiesta. Eso sí, cada barrio ajusta las fechas a sus necesidades. Así, tanto en Gràcia como en Sarrià-Sant Gervasi, la celebración tiene lugar un día laborable y, si el día 3 de marzo es domingo, se traslada al día 4. Por el contrario, en el barrio de la Bordeta, donde también hay colles, el desfile se organiza invariablemente el domingo siguiente a la festividad. Tomad buena nota y... ¡que tengáis una fiesta muy dulce!

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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