Fiestas del mundo: Bandoleros, dulces atracos y cultura tradicional para celebrar Sant Josep Oriol
28MAR2018
El barrio del Pi tiene su propio santo, y celebra su fiesta cada año alrededor del 23 de marzo (este año, del 17 al 25 de marzo) recordando la biografía de un vecino que fue canonizado a principios del siglo XX, Sant Josep Oriol, pero también con muestras de cultura popular y rindiendo homenaje a un famoso bandolero del siglo XVII: Perot lo Lladre.
La fiesta gira en torno a la figura de Sant Josep Oriol, un personaje que vivió entre 1650 y 1702 y que era cien por cien barcelonés: lo bautizaron en Sant Pere de les Puel·les, vivió en el barrio de la Ribera, fue monaguillo en Santa Maria del Mar y, tras obtener el título de Teología, ejerció el sacerdocio en iglesias diversas pero, especialmente, en Santa Maria del Pi, donde todavía hoy es objeto de devoción especial y donde, de hecho, está enterrado.
Su dedicación a los más desfavorecidos hizo que se le conociera como "Doctor pan y agua", un nombre que ha llegado hasta hoy, y también que fuera beatificado en 1806 y canonizado en 1909. Su personalidad al servicio de los pobres le hizo especialmente popular en el barrio y, de hecho, en toda la ciudad.
Se recuerda su historia el primer sábado de la fiesta, con un Pasacalle de los Pequeños Gigantes del Pi y, especialmente, con la representación de un retablo sobre la vida del santo. Al día siguiente, domingo, el Lleó y la Mulassa reciben invitados, siempre figuras festivas procedentes de otras localidades catalanas como la de este año: el Cavall dels Nebot de Riudoms.
El barrio del Pi aprovecha la festividad de Sant Josep Oriol para recordarlo pero, también, para mostrar sus signos de identidad, entre ellos la relación del barrio con el bandolero Pere Roca Guinarda, más conocido con el nombre de Perot lo Lladre. Aunque era natural del Lluçanès, la leyenda cuenta que vivió en un callejón que aún hoy lleva su nombre y que arranca de la calle del Pi.
En su honor, durante las fiestas de Sant Josep Oriol sale a la calle el gigante dedicado a Perot lo Lladre que, acompañado de algunos músicos, recorre las tiendas que participan en la fiesta. Son los “Atracos de chocolate”, durante los cuales el bandolero exige su botín, que los comerciantes lanzan a los niños que le acompañan en forma de caramelos y chocolate. Algunos años, además, en la plaza de Sant Josep Oriol la Associació d’Amics dels Gegants del Pi representa la vida del ladrón, en lo que se conoce como las Històries d’en Perot.
El gigante que representa a Perot lo Lladre, sin embargo, no es la única figura que sale a la calle estos días, cuando la figura popular de la Mulassa da un paseo festivo por el barrio e interpreta sus danzas en la plaza de Sant Josep Oriol. Al día siguiente, se organiza el llamado Paseo de los Oriols, que reúne a los gigantes masculinos de Ciutat Vella en una procesión que recorre las calles del barrio y que vendría a ser el contrapunto del Paseo de las Laies que protagonizan las gigantas del barrio durante la fiesta de la copatrona de Barcelona.
Estas figuras festivas tienen un gran peso en la fiesta, puesto que los gigantes del Pi se convierten en anfitriones de sus colegas de Ciutat Vella, pero también de los invitados que, cada año, llegan desde otros puntos de Catalunya para sumarse a la fiesta.