Fiestas de todo el mundo: La semana de los barbudos
17ENE2018
Si sois hipsters y en los últimos tiempos os habéis dejado crecer la barba... esta semana es la vuestra. O mejor dicho, la de unos cuantos santos que se caracterizan por lucir largas barbas. La que tradicionalmente se conoce como la “semana de los barbudos” marca uno de los periodos más fríos del año (si el cambio climático no dice lo contrario) y anuncia un periodo de fiesta y subversión.
No es casualidad que se considere la que empieza el 15 de enero como una semana dedicada al pelo facial. Y es que fijaos: el mismo día 15 se celebra san Pablo ermitaño (uno de los protagonistas de la “santantonada” sobre la que os hablábamos la semana pasada), un santo con la barba tan larga, como mínimo, como la de san Antonio Abad, que como ya sabréis se celebra el 17 de enero, o como la de san Mauro (18 de enero). A las de estos santos principales y más conocidos, hay quién añade las festividades de san Canuto (el 19 de enero) e incluso, el 22 de enero, la de san Vicente mártir.
Quizás el clima empiece a ignorar la tradición, pero estas celebraciones y los aditamentos pilosos de los santos en cuestión ligaban, originalmente, con la meteorología y con unas temperaturas que, como mínimo originalmente, eran las más bajas del año. “Semana de los barbudos, semana de estornudos”, reza el dicho. Sea como fuere, la coincidencia de santos con barba acabó generando la creencia de que los hombres nacidos durante esta semana son, generalmente, velludos y, además, tienen tendencia a acabar luciendo grandes barbas como las de los santos que celebran estos días su onomástica.
¿Tendrán algo a ver los barbudos de la tradición católica con los rituales precristianos que, aunque transformados, todavía perviven en muchos lugares y que tienen como protagonistas a seres de forma humana, peludos y de largas barbas? Son formas diversas de referirse al genio de la montaña que, coincidiendo con el solsticio de invierno, se pasea por media Europa, de Francia a Bulgaria y de Alemania a Italia, pasando por España. Un buen ejemplo, que no el único, es la fiesta de las “carantoñas” que se celebra estos días (20 y 21 de enero) en Acehúche, un municipio de Extremadura. Aunque con claros orígenes ancestrales, la fiesta que conmemora el día de san Sebastián ha acabado convertida en una tradición católica más. Y es que cuenta la leyenda que un san Sebastián agonizante fue abandonado en el bosque atado a un árbol donde las bestias salvajes, reconociendo su santidad, le habrían respetado la vida. Las representan, en esta fiesta, las “carantoñas”, un disfraz que se ponen los habitantes del pueblo vistiendo pieles de oveja, cabra o zorro y una máscara terrorífica hecha con pelos dientes, orejas o cabellos de animales y que incluye una larga barba.
Quizás las celebraciones de los santos barbudos sean las formas modernas que adoptan las antiguas tradiciones que rendían tributo a las fuerzas de la Naturaleza o quizás no, pero lo cierto es que las fiestas de estos días marcan el final de un periodo invernal, frío y oscuro, que muy pronto dejará paso a la fiesta y la diversión. Y es que, pasada la Semana de los Barbudos, en febrero, llegará Carnaval y, un año más, se abrirà la puerta al desmadre y a la subversión. Mientras tanto, dejaos crecer la barba, si la lleváis.