Fiestas alrededor del mundo - La (peligrosa) caza del queso de Cooper's Hill
24MAYO2018
El último lunes de mayo, (este año el día 28), cerca de la localidad inglesa de Gloucester, se celebra una tradición que no sólo es una curiosidad conocida en todo el mundo, sino también una cita en la que los participantes corren auténtico peligro. ¿Quién se anima a cazar un queso?
Y es que la fiesta consiste en eso, en cazar un queso de cerca de cuatro kilos de peso. Todo sucede en la colina de Cooper (o Cooper's Hill), en la pequeña localidad de Brockworth donde cada año montan una fiesta que consiste en tomar un queso Double Gloucester de los que se producen en la zona y lanzarlo colina abajo por una marcadísima pendiente. Tras el queso corren los participantes de la fiesta que, hoy, ya no son sólo vecinos de la zona como ocurría en el siglo XIX, cuando se empezó a documentar la tradición. Hoy vienen a participar en la fiesta, o como mínimo a verla, gente que procede de medio mundo. Sólo hay que echarle un vistazo a la lista de ganadores de unos cuántos años para encontrar ciudadanos y ciudadanas de Nueva Zelanda, los EE.UU. o incluso de Nepal... Y ya es extraño, porque la fiesta no está precisamente exenta de riesgos... Siempre hay alguien que se rompe un hueso y mucha gente és víctima de lesiones de todo tipo durante las cuatro carreras que se organizan cada año. Por eso las autoridades han intentado poner condiciones estrictas para la organización de la fiesta y, al no obtener garantías de que se respeten, han terminado por desentenderse de la celebración que, aún así, se sigue celebrando igualmente, tan fuerte es el peso de la tradición... Eso sí, en todas partes encontraréis carteles que advierten a quienes quieran participar que lo hacen bajo su única responsabilidad.
La fiesta empieza en la parte superior de la colina, donde un maestro de ceremonias empieza repartiendo galletas, dulces y pasteles entre los presentes antes de dar la señal para que el queso empiece a rodar cerro abajo por los verdísimos prados de la localidad. Tras el queso vendrán los hombres y mujeres que intentan no romperse una pierna y atrapar la pieza que es, a su vez, el premio que el ganador se lleva a casa. Se montan tres carreras durante la jornada para niños y niñas de edades diversas, otra protagonizada exclusivamente por mujeres, y una más de carácter final.
No hay un origen claro de esta fiesta que más bien parece una de esas bromas que han acabado convertidas en tradición. Hay quién dice, sin embargo, que de hecho la celebración tiene que ver con antiguos concursos y reclamaciones de derechos de pastoreo comunitario. Y también hay quién asegura que la costumbre de lanzar los quesos es una deformación de una tradición muy anterior que consistía en lanzar bolas de matorrales encendidas cerro abajo en una ceremonia que marcaba el fin definitivo del invierno y el inicio de un nuevo ciclo estacional. Seria, pues, una celebración de la fertilidad de la tierra, lo que explicaría la costumbre de repartir dulces entre los asistentes, un símbolo de los dones de la tierra que se esperan para la temporada que arranca.
Quizás inspirados en esta tradición más antigua, a mediados de siglo XX se empezó a celebrar en la localidad de Stilton, a unos cien kilómetros de Londres, otra carrera, también con el queso (un Stilton en este caso) como protagonista... Es la Cheese-Rolling de Stilton que, en este caso, es un poco distinta de la original. Y es que los participantes, en equipos de cuatro, a menudo disfrazados, tienen que empujar por las calles (en este caso, llanas) de la localidad una réplica en madera de un queso. El premio para los ganadores, eso sí, es una invitación a comer queso Stilton (de gusto fuerte) y a beber cerveza en el caso de los hombres ganadores, o bien vino en el caso de las mujeres.
Quizás después de conocer tradiciones tan curiosas, la próxima vez que abráis la nevera os miraréis el queso que guardáis dentro con otros ojos...