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El tatuaje como lenguaje del cuerpo

19SEP2016

Tatoo

La proliferación de este sector y su reconocimiento como disciplina artística se puede comprobar en Barcelona con la celebración del Barcelona Tatoo Expo que este año se celebra del 30 de septiembre al 2 de octubre en la Feria de Barcelona recinto de Montjuïc. Esta propuesta se plantea como una feria de profesionales y empresas que también programa diferentes espectáculos relacionados con las culturas urbanas.

Las artes corporales son una práctica extendida por todo el mundo desde la antigüedad. En occidente han pasado en pocas décadas de ser un estigma de marginalidad a recibir un reconocimiento artístico.

Uno de los soportes donde se manifiesta la cultura es el mismo cuerpo. El vestido, el peinado o el maquillaje son formas de comunicar un estatus y una pertenencia, pero son elementos que se pueden modificar para adaptarse a contextos diferentes en cada momento. Por el contrario, las llamadas artes corporales, que incluyen los tatuajes, las perforaciones o piercings y las escarificaciones, son marcas permanentes y por ello están cargadas de una connotación más fuerte. En todo el mundo se han utilizado para indicar la superioridad o inferioridad de sus portadores y han sido vinculados a diferentes rituales, especialmente aquellos de paso, los que indican un cambio en la posición del individuo en la sociedad.

En occidente, los tatuajes se han realizado desde tiempos prehistóricos, hay pruebas materiales y se puede observar en algunos artefactos que representan figuras humanas tatuadas. A lo largo de los siglos se fue cargando de connotaciones negativas, relacionadas con el salvajismo, y está explícitamente prohibido por las sagradas escrituras, en el Levítico. Su uso no desapareció del todo, pero quedaba restringido a determinados oficios -soldados y marineros, principalmente, para identificar sus cuerpos- o como un castigo.

Tatoo

La era de los descubrimientos llevó a Europa el conocimiento de otras culturas que practicaban el tatuaje, y la palabra que utilizamos actualmente procede de la Polinesia y fue importada durante las expediciones del navegante británico James Cook. Fue a partir del siglo XIX que se comenzó a extender su uso, imitando patrones, estilos y técnicas procedentes del extremo oriente y Oceanía. Si bien seguía caracterizando a grupos marginales, la aparición de profesionales y la invención de la máquina eléctrica de tatuar indica una recuperación de esta técnica.

A mediados del siglo XX, el surgimiento de las subculturas urbanas y su adopción del tatuaje como símbolo contestatario inician la tendencia que le ha llevado hasta la aceptación actual, en que personas públicas y reconocidas muestran sus tatuajes demostrando que ya no son un estigma. Otro indicativo de su normalización es que diferentes ejércitos en todo el mundo están relajando sus normativas sobre esta práctica para no desincentivar posibles vocaciones.

Para la antropología, los tatuajes y otras artes corporales han resultado objeto de estudio para describir diferentes culturas, y la reintroducción de diferentes artes corporales en occidente, con mayor o menor inspiración exótica, es un fenómeno interesante para entender la aculturación y la construcción de identidades a partir de una recreación del hecho étnico. En el año 2014, el museo de Quai Branly de Paris dedicó una exposición en el mundo de los tatuajes, y su catálogo se puede consultar en la biblioteca del Etnològic. Nuestro museo también publicó un libro, en 1992, donde se trata el uso del tatuaje entre los fang de Guinea Ecuatorial, firmado por Jordi Sabater Pi, director del centro de Ikunde.

En clave educativa, el Museo de Culturas del Mundo ofrece un taller dedicado a las artes corporales y dirigido a estudiantes de secundaria, que se puede complementar con una visita guiada temática sobre los rituales de paso, una temática muy interesante para jóvenes y adolescentes.

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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