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El Secreto del Etnològic: Los acordeones

12MAYO2016

Vitrina de acordeones presentada per el director del MuseoEn la exposición estable del Museu Etnològic en Montjuïc se halla una vitrina entera dedicada a los acordeones. Son cinco los exhibidos, pero son muchas las historias que se pueden relatar a partir de este instrumento que desafía la frontera entra lo moderno y lo tradicional.

A pesar de estar presente en muchos géneros de música popular, especialmente de raíz o influencia europea, es un invento reciente con menos de dos siglos de historia. Se han documentado algunos antecedentes muy parecidos a lo que conocemos como acordeón, pero podemos precisar la fecha exacta en que se patentó un instrumento con este nombre:

El 23 de mayo de 1829, en Viena, un rumano de origen armenio, llamado Cyrill Demian, registraba la autoría industrial de su invento, aunque algunos consideran que sólo era una modificación de la idea que había tenido algunos años antes del alemán Christian Buschmann, también inventor de la armónica.                                                                                            El director del Museo, Josep Fornés, presenta la vitrina de los acordeones                  
         

Este nuevo instrumento, versátil y fácil de transportar, que permitía a un solo músico interpretar melodías y armonías simultáneamente, se popularizó enormemente en pocas décadas, lo que hizo que se experimentara muchísimo en su fabricación, dando lugar a las dos grandes familias que conocemos actualmente: los acordeones cromáticos y los diatónicos.

Para explicarlo de una manera simplificada, el diatónico es aquel donde las teclas o botones se corresponden con la escala compuesta por las 7 notas do-re-mi-fa-sol-la-si, o, si tenemos en mente el teclado de un piano, sólo las que hacen sonar las teclas blancas. La escala cromática, compuesta por 12 notas, también incluiría las teclas negras del piano, aunque un acordeón cromático puede presentar tanto de teclas como botones.

A medida que el acordeón se popularizaba, los músicos que se iniciaban con el diatónico, más limitado, se veían incapaces de interpretar piezas más complejas, por lo que el cromático fue ganando terreno hasta arrinconar al diatónico en algunas músicas tradicionales. Es por ello que, en las últimas décadas, algunos músicos y estudiosos, como Artur Blasco en Cataluña, han llevado a cabo una tarea de recuperación de los métodos y composiciones que acompañaban al acordeón diatónico.

La llegada del acordeón a Cataluña, especialmente en el Pirineo, supuso una auténtica revolución musical y también cultural. En los bailes celebrados durante las festividades se podían interpretar nuevos ritmos y melodías modernos llegados de lejos, como el Vals, la Polca o el Xotis. Un solo músico podía ganarse la vida viajando con su acordeón de pueblo en pueblo, permitiendo su profesionalización y por tanto mejorando el nivel de la música de baile.

El siglo XIX, que experimentó la expansión del acordeón, es también el de las grandes migraciones de Europa hacia todo el continente americano. Las clases populares, empobrecidas por la industrialización y el aumento demográfico, se trasladan al Nuevo Mundo, donde las jóvenes naciones los reciben para colonizar sus tierras. Junto con sus familias, también llevan su cultura, su gastronomía y su música, de la cual ya formaba parte del acordeón.

De la fusión de los folclores de toda Europa con los sonidos indígenas y africanos nacieron multitud de géneros que serían inconcebibles sin el acordeón: En Estados Unidos, el country y la música Cajun de Luisiana; en México, los corridos; en Colombia, los Vallenatos.

Mención especial merece el tango del Río de la Plata. Entre los instrumentos expuestos en el Etnològic encontramos un bandoneón, que no proviene de la Argentina, sino de Baviera. Definiéndolo con propiedad no se trata de un acordeón sino de una concertina, y fue diseñado específicamente para ser tocado en las iglesias humildes de Alemania donde no podían permitirse tener un órgano. En trasladarse al Cono Sur, en las maletas de los emigrantes centroeuropeos, el instrumento perdió su función sacra, para convertirse en el instrumento más singular de uno de los géneros de música y baile más pecaminosos que se han creado nunca .

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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