El Secreto del Etnològic: el siurell

Uno de los primeros objetos que llama nuestra atención al entrar en el Etnológic no es exactamente un objeto etnográfico: 

Se trata de un muñeco de falla, hecho en Valencia por encargo del Museo, que representa una de las piezas más características de la artesanía balear: un siurell.

Es posible que, con sus tres metros de altura, sea uno de los mayores que pueden encontrarse en el mundo, aunque no sea de barro, como los originales fabricados en Mallorca. En la reserva visitable sí es posible encontrar siurells auténticos de diferentes formas ¡Incluso, puede verse un pesebre-siurell!

El origen de este objeto es incierto. Hay quién piensa que su orígen está en un antiguo juguete árabe. Otros, que fue importado por los fenicios. Hay quién sostiene que es proveniente de la cultura griega anterior al cristianismo. Se han encontrado posibles paralelismos con los Pitos de Andújar y probables raíces en figuritas de la cultura minoica de Creta. Lo único cierto es que, hoy por hoy, se desconoce el origen exacto del Siurell y que es tradicional de la isla de Mallorca. Silbato, juguete, utensilio mágico y religioso; lo es todo a la vez.

Es pues, una figura de cerámica tradicional de Mallorca que actualmente tiene una función para el ocio y como silbato, y que habitualmente representa figures, humanas o fantásticas, y misteriosas como animales, gigantes, demonios o enanos; incluso, representaciones cotidianas -antes, rurales; y más recientemente, postindustriales, como motos, aviones y futbolistas-. Tradicionalmente está hecho a mano por mujeres —antes ayudadas también por ninos—.
Una vez cocida, la figura se sumerge en un baño de cal sujetándola por el silbato, que de esta manera se mantiene limpio. Una vez seco el engobe de cal, se decora con rayas y puntos de diferentes colores según los colores del pueblo o el gusto del artesano:  —verde, rojo, azul, amarillo— obtenidos con simples anilinas disueltas en agua.

Su nombre proviene del característico silbato que se halla acoplado a la parte trasera.
Los antiguos ganaderos y pastores los usaban para controlar el ganado y, algunos de ellos,
incluso componían canciones para bailar.

Para los mallorquines, los vientos que constantemente afectan a la isla tienen una gran importancia, tanto para la agricultura como para la pesca, los cuales infundían a veces gran temor, ya que eran fuerzas incontrolables de la naturaleza a las que se hallaban expuestos sin remedio. Empleaban los silbidos del siurell como un tipo de protección ante los vientos tormentosos: los silbidos agudos, se decía, atraían vientos favorables.

El municipio de Marratxí es de los más relevantes en cuanto a la fabricación de siurells, ya que en él se encuentran las principales alfarerías de la isla. El método de trabajo no ha cambiado: a mano y dando forma con los dedos. Desde siempre siguen haciéndose  en Marratxí, más concretamente en sa Cabaneta.

En las colecciones del Museo encontramos siurells de Artà, de Inca y de Llucmajor, adquiridos en diferentes campañas de recolección. Algunos, además, son de una antigüedad y una singularidad destacable.

Tal vez, algún día no muy lejano, para atraer vientos favorables tal y como se hacía antaño, tendremos que hacer sonar los siurells. ¡Hay que tener uno en casa por si acaso!