15JUN2016
El pasado día 6 comenzó uno de los meses sagrados para los musulmanes, que observan en todo el mundo,
también en Barcelona, con un ayuno diurno que se interrumpe cada noche celebrándolo en comunidad.
Página de un calendario de la imprenta tunecina Dar el Founoun, donde se observa la fecha del calendario gregoriano (14 de enero) junto a la fecha musulmana (26 de ramadán) |
Tabla para conocer la fecha de la pascua cristiana desde 1568 hasta el 2200, publicado per Camille Flammarion en 1907 |
El ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, uno de los tres que son considerados sagrados para el Islam. Durante este mes se celebra el sawm, el ayuno diurno que prescribe el Corán y que, junto con la fiesta del sacrificio, son los rituales islámicos más conocidos por los no musulmanes. Este ayuno va acompañado de una celebración familiar y comunitaria cada noche, durante el cual se efectúa la primera comida del día. Al realizarse este ritual durante los 30 días de ramadán, es habitual que se le llame con el nombre del mes, aunque el término correcto es el de Sawm y va acompañado de otras celebraciones.
El ayuno, total o parcial, y con diferentes duraciones, es una práctica habitual en diferentes religiones y sistemas de creencias. También hay quien lo lleva a cabo por motivos de salud o siguiendo determinadas espiritualidades laicas. En la tradición cristiana, es una de las técnicas básicas del ascetismo, y se integra en las rutinas y calendarios de las órdenes monásticas. De una manera más extensa, uno de los rasgos que caracteriza la cuaresma es precisamente la abstinencia de consumir carne y huevos.
Vale la pena detenerse en los paralelismos que presentan el ramadán y la cuaresma, que van más allá de las prescripciones alimentarias. Ambos son un periodo en el que los creyentes se preparan para conmemorar un acontecimiento clave de su religión: en el caso cristiano, la muerte y resurrección de Jesús, y en el musulmán, la revelación del Corán a Muhammad, que se celebra los días 26 o 27 de ramadán. La similitud y la convivencia entre las dos tradiciones, especialmente en la Península Ibérica, podrían explicar el origen de los buñuelos de cuaresma, que recuerdan los dulces que durante este mes podemos encontrar en las pastelerías magrebíes, árabes o indostánicas de Barcelona.
Otro rasgo en común es la forma como se calcula su fecha. El calendario musulmán está formado por doce meses lunares, que coinciden exactamente con el periodo que separa dos lunas nuevas. Una de sus particularidades, a diferencia de otros calendarios lunares, como el hebreo o el chino, es que nunca se intercala un decimotercer mes para intentar que el año del calendario no se desfase respecto del año solar, que marca las estaciones. De esta manera, el calendario musulmán se avanza cada año 10 días respecto al calendario gregoriano, el que utilizamos comúnmente. Es por eso que el mes de ramadán se va trasladando a lo largo de los años: últimamente ha coincidido con el periodo de verano pero, si nos remontamos al año 1998, su inicio coincidió justamente con el solsticio de invierno, el diciembre.
Por otra parte, la cuaresma, junto con todo el ciclo pascual que abarca desde Carnaval hasta Corpus Christi, y que también incluye la Semana Santa, no se rige por el calendario civil, sino que se trata de la única reminiscencia que conservamos de el uso del calendario lunar, en este caso, el calendario hebreo que utilizaban los primeros cristianos. La premisa básica de este calendario es que el día 15 del mes de nissan, el primero de su año, caiga después del equinoccio de primavera. Esto quiere decir que la semana de luna llena, que marca la mitad del mes y que coincide con la pascua judía y la Semana Santa, tienen una fecha variable, a partir de la cual el cristianismo calcula el resto de celebraciones relacionadas.
En un época en que el tiempo oficial está marcado por relojes atómicos, estas celebraciones que se salen de nuestro calendario computerizado nos recuerdan que las semanas, los meses y los años se empezaron a establecer observando la naturaleza y especialmente el cielo, y que diferentes culturas han desarrollado diferentes sistemas para intentar cuadrar lo que no cuadra: los ciclos de la Luna y del Sol.