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De Halloween y Todos los Santos al Día de la Reforma

25OCT2017

De Halloween y Todos los Santos al Día de la Reforma

Castanyes

¿Y si Halloween y Todos los Santos no fueran tradiciones tan distintas? Y es que quizás la oposición entre castañas y calabazas no esté tan justificada como creíamos. Este 31 de octubre por la noche y el 1 de noviembre, medio mundo celebra una fiesta que pone en contacto a los vivos y los muertos. Pero en los países de tradición luterana como Alemania, el día 31 también se celebra otra fiesta importante: el Día de la Reforma.

El Día de Todos los Santos es costumbre ir a los cementerios y visitar y arreglar las tumbas de los parientes difuntos. Y es que éste es el día en que el mundo de los vivos y los muertos se encuentran. Sucede en Europa y también en América, a pesar de que estemos acostumbrados a pensar que las celebraciones en las dos orillas del Atlántico son menos similares de lo que, en realidad, son. ¿Castañas o calabazas? De hecho, la Castañada y Halloween tienen un origen común anterior al cristianismo: una festividad celta que coincidía con las cosechas de final del otoño y que se conocía como Samhain. Era una celebración propia de los meses fríos y oscuros, asociados con la idea de la muerte, y era un tiempo destinado, por tanto, a pensar en los antepasados desaparecidos. Tan potente era la fiesta que, en los territorios celtas conquistados por los romanos, quedó fijada y se asoció al culto a Pomona, la diosa de las cosechas. Encontraréis una escultura de la diosa firmada por Josep Clarà, en la plaza del Consell de la Vila de Sarrià, si tenéis curiosidad.

Siglos más tarde, la iglesia convirtió la celebración en una fiesta dedicada a todos los mártires cristianos y se asoció al consumo de productos de temporada como el moscatel, los moniatos o las castañas. Las celebraciones se conocían en los países de la órbita británica (Gran Bretaña, Irlanda, Escocia) con el nombre de All Hallow’s Eve ("noche de todos los santos", más o menos) nombre del que se deriva la palabra "Halloween". Los irlandeses, que emigraron masivamente a los EE.UU. y extendieron así la tradición, colocaban elementos terroríficos en las puertas de sus casas para ahuyentar a los espíritus, por eso vaciaban calabazas,  tallaban rostros en ellas y colocaran velas en su interior. Pero, antes incluso que la cultura de los EE.UU. la popularizara en todo el mundo, la tradición irlandesa ya se había esparcido por otras zonas de Europa.

De hecho, hay municipios catalanes como por ejemplo Ripoll donde a principios del siglo XX (antes, pues, de que la tradición americana de Halloween se extendiera por estas tierras) se celebraba ya la Carbassada, una fiesta durante la cual se vacían y decoran calabazas con rostro humano y con luces en el interior. En este caso, se cree que la finalidad de la tradición era guiar a los espíritus de los parientes difuntos hacia el hogar familiar.

La manera como celebramos la fiesta de Todos los Santos ha cambiado en los últimos años. El folklorista y etnólogo Joan Amades, por ejemplo, habla sobre los panellets y explica en su Costumari que los padrinos los regalaban a sus ahijados pero que, originariamente, estos dulces se obtenían al ganar algún tipo de rifa o juego en unas mesas colocadas en las calles, principalmente por los bares y cafés. Además, Amades cuenta que, en la Barcelona del siglo XVIII, se hacía en las calles del Call, de la Boqueria y de Hospital una gran feria de castañas y panellets en la cual se disponían grandes mesas decoradas con flores y se formaban dibujos con las castañas y panellets. Las populares castañeras, por su parte, se reunían junto a las puertas de la ciudad que conducían a los cementerios, muy concurridos aquel día.

Recordemos, además, que, en Catalunya, la fiesta de Todos los Santos tiene personajes propios, unos seres fantasmagóricos destinados a asustar a los niños y niñas. Sucede, por ejemplo, en La Cerdanya, donde nacieron seres tan curiosos como Papassa (una versión del Papu o Papus), el Rosegacebes (el "Comecebollas" un ladrón de cebollas maldecido por toda la eternidad y condenado a comer cebollas y a robar niños de sus camas) y la Nit ("la Noche", una mujer de negro que vive en la montaña y se divierte aterrorizando a las criaturas).

De todas maneras, el 31 de octubre es más que el día previo a la Fiesta de Todos los Santos, la noche de la Castañada o, en la riquísima tradición mexicana, el Día de Muertos. En Europa central y en general en los países de tradición protestante, se celebra una fiesta más reciente que Todos los Santos: el Día de la Reforma, que conmemora la histórica jornada de 1517 (este año se cumplirán 500 años) en que el monje agustino Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia del Castillo (Schlosskirche) de Wittemberg, sus 95 tesis contra la doctrina y práctica de las indulgencias. La fiesta se acostumbra a celebrar en Alemania, entre otros países, el domingo más cercano al 31 de octubre, por eso a veces se desplaza la fiesta de Todos Santos para celebrar en su lugar el Domingo de la Reforma. Se conmemora cantando himnos luteranos y, en los caso de los escolares, representando obras teatrales que aluden a la vida de Lutero. 

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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