Año Nuevo chino: llega el año del Perro
22FEB2018
¡Feliz año 4716! El 16 de febrero de 2018 empieza, en el calendario chino, un nuevo año que, según un complejo zodíaco, es el año del Perro. La llegada de una fecha tan señalada desata una serie de tradiciones y rituales en los hogares chinos que os dejarán sorprendidos.
En el otro lado del mundo empiezan el año, es cierto, algo más tarde que en nuestras tierras. Y es que en China rige un calendario lunar, aunque esta no es ni mucho menos la única diferencia con nuestra forma de dividir el tiempo.
Los astrónomos chinos establecieron en tiempos antiguos un sistema que tenía en cuenta la posición de los cinco planetas principales, asociándolos a los cinco elementos (Venus y el metal; Júpiter y la madera, Marte y el fuego; Mercurio y el agua y Saturno y la tierra). A la vez, combinaban la preeminencia de cada uno de estos elementos con un ciclo binario basado en el yin y el yang para establecer ciclos de diez años. Aplicando esto a los doce animales que dan nombre a cada uno de los signos del zodíaco chino, se obtiene como resultado grandes ciclos de sesenta años. El actual, que empezó en 1984, terminará en 2044.
Se cree que los doce animales del zodíaco chino (rata, buey, cerdo, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo y perro), combinados con el yin y el yang y con el elemento dominante, confieren una personalidad determinada a los nacidos en un año concreto. Es, de hecho, uno de los aspectos más conocidos aquí de las tradiciones chinas relacionadas con el cambio de año, aunque resulte difícil de entender a primera vista debido a la gran complejidad del sistema.
Pero el cambio de año va acompañado, en China, de numerosas tradiciones que, como casi todo en esta cultura, tienen una larga historia. El año nuevo, a pesar de que también se lo conozca con este nombre, se celebra como la Fiesta de la Primavera (春节 o, en pinyín, que es la transcripción fonética de los caracteres chinos, chūn jié) y marca, precisamente, el momento en que termina el periodo invernal y ya se intuye la llegada del buen tiempo. En todo el mundo, puesto que la diáspora china ha extendido sus tradiciones por todo el planeta, veréis que la fecha se celebra con farolillos y con muchas decoraciones, básicamente de color rojo. Y es que existe una historia que habla de una bestia feroz, el Nián (年, un nombre que significa literalmente "año"), una especie de buey con cabeza de lobo que vivía en el fondo del mar. Hambriento a causa de los rigores del invierno, el Nián salía del agua y desataba el pánico en pueblos y villas de todo el país, comiéndose los rebaños, echando a perder la cosecha e incluso devorando a algún aldeano. Hasta que alguien se dio cuenta que, al ver un trozo de ropa roja colocado ante una llama, el Nián se asustaba y huía al instante. Por esa razón, aún hoy, en esta época del año todo se llena de farolillos rojos y de telas y elementos decorativos de este color para asustar al popular monstruo. Igualmente, los fuegos artificiales, que también asustan a la bestia, se utilizan profusamente durante esta fiesta, aunque en los últimos años de manera limitada en las grandes ciudades.
Chinos de todas las procedencias viajan a sus casas en los días anteriores a la Fiesta de la Primavera, puesto que esta es una celebración con un marcado carácter familiar. El número de viajeros es elevadísimo estos días y hace realmente complicado cualquier desplazamiento.
Una vez en casa, se practicará una cuidadosa limpieza de primavera destinada a eliminar la mala suerte y, una vez todo esté limpio y ordenado, se llenará el hogar de decoraciones rojas y de caracteres chinos que traen buenos auspicios. Por todas partes veréis el carácter 福 (fú) que significa suerte, fortuna o felicidad y que se escribe en caligrafía o bien en papel recortado. Posiblemente lo veréis colocado en posición invertida. Es un curioso juego fonético, puesto que, en chino, decir "fortuna invertida" (福倒o fú dào) suena exactamente igual que decir "llega la fortuna" (福到 o fú dào), de forma que colocar el carácter de "fortuna" invertido es como desear que la suerte y la felicidad lleguen a la casa.
Las comidas familiares de estos días, incluyen, especialmente en el norte del país, los conocidos饺子 (jiǎo zi), las populares empanadillas chinas (o dumplings), la forma de los cuales se relaciona con la que antiguamente tenían los lingotes de oro. Además, no es extraño que se consuman fideos de una longitud excepcional, símbolo de una vida larga; que se cocine un pollo entero como símbolo de la unidad de la familia o que, para garantizar un buen comienzo y final de año, se sirva en la mesa un pescado cocinado con la cabeza y la cola.
A partir del día de Año Nuevo, empiezan una serie de jornadas, cada una de ellas dedicada a una actividad concreta: desde realizar ofrendas a las divinidades a simplemente, descansar. Las celebraciones forman un largo ciclo que termina quince días más tarde, cuando se celebra el Festival de las Linternas o de los Farolillos (元宵节 o yuán xiāo jié), que llena árboles y fachadas con este tipo de luces de color rojo con mensajes de buenos deseos.
Las supersticiones tienen un papel destacado en la cultura china, llena de prohibiciones y advertencias, buena parte de las cuales tienen el origen en la homofonía de algunos caracteres. Así, es costumbre que, durante el primer mes lunar del año los chinos más supersticiosos no se corten el cabello, puesto que creen que, si lo hacen, causarán la muerte de su tío materno. Todos, sin embargo, se afanan en llenar las peluquerías durante el 二月二 (èr yuè èr), es decir, el segundo día del segundo mes lunar (a primeros de marzo en nuestro calendario), cuando, según dice la tradición, cortarse el cabello asegura un año de buena fortuna.