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Fiestas alrededor del mundo - Fiesta de los 'Enfarinats'

27DIC2018

¿Acaso están locos? Lo parece, pero simplemente es que participan en una tradición que, cada 28 de diciembre, transforma una tranquila localidad de la comarca del Alcoià, en Valencia, en el escenario de una batalla campal de harina... Es la Fiesta de los Enfarinats o Enharinados. Atentos, que empieza la guerra..

No hay un origen cierto y documentado de la tradición, aunque algunos antropólogos han apuntado que tiene relación con las saturnales romanas, unas fiestas de estilo carnavalesco durante las cuales se relajaban notablemente el convenciones sociales. Sea como sea, el caso es que esta fiesta de origen incierto se celebró hasta los años 50, cuando quedó interrumpida. No fue hasta 1981 cuando se recuperó nuevamente.

Todo sucede en Ibi, una localidad especialmente conocida por su producción de juguetes. No es extraño que, aquí, les guste jugar... Protagoniza la Fiesta de los Enfarinats un grupo de una quincena de hombres, todos ellos casados, según lo que establece la tradición y que en principio están unidos por una relación de amistad. El grupo no sólo participa en esta celebración, sino también en otros momentos importantes del calendario festivo como la fiesta de Moros y cristianos..

La noche anterior al día de los Santos Inocentes, las calles de Ibi aparecen llenas de carteles de un grupo que se presenta como los Amantats (Enmantados). Anuncia la toma del Ayuntamiento al día siguiente y lee unos bandos que tienen carácter satírico y responden a la tradición, propia de la época, de subvertir el orden establecido. Estos Amantats son, de hecho, los miembros del grupo de casados, vestidos sólo con unas mantas. Al día siguiente los volveréis a ver, a primera hora de la mañana, ahora vestidos de manera estrafalaria, con ropas chillonas y con las caras pintadas. Se encontrarán en la plaza de la Iglesia desde donde competirán en una carrera de unos doscientos metros hasta el Ayuntamiento. El primero en llegar será investido "alcalde" y, de hecho, será el auténtico alcalde de la población quién lo recibirá a la puerta del consistorio y le entregará una vara simbólica, reconociendo su autoridad. Es lo que se conoce como La Remuda o traspaso de poder de las autoridades reales a las festivas.

Entre los Enfarinats, por tanto, se nombrará al Alcalde, vestido con un sombrero de copa, medallas y una ropa adecuada a la solemnidad de su cargo. Con él, el juez y secretario llevarán un gran libro en el cual apuntarán las multas que impondrán más tarde y los alguaciles, que llevarán las llaves de la prisión, harán sonar instrumentos tradicionales y lanzarán petardos y harina durante la fiesta.

Y es que desde aquel momento, los Enfarinats asumen el poder y establecen unas normativas tan estrictas, la llamada "Justicia Nueva" que todo el mundo, haga lo que haga, las transgredirá sin remedio y deberá pagar unas multas exorbitantes que, finalmente, quedarán reducidas a pequeñas aportaciones que se donarán al asilo de la localidad o se destinarán a actos benéficos.

A media mañana, sin embargó, hace su aparición la Oposició, otro grupo de habitantes del pueblo, no tan cerrado ni definido como el de los Enfarinats. Visten sombreros altos decorados con estrellas. La guerra entre los dos bandos empieza a media mañana y se extiende hasta el mediodía. Durante esas horas, los contendientes se lanzarán harina, polvos de colores, verduras de todo tipo... e incluso petardos. En ningún caso, sin embargo, la Oposició logrará sus objetivos y los Enfarinats seguirán imponiendo multas exageradas durante todo lo que queda de mañana. La paz no se firmará hasta la hora de comer, cuando ambos bandos degusten juntos un plato a base de carne de cerdo y judías secas propio de la zona mientras siguen resonando los petardos.

La fiesta se acabará cuando aparezcan los Tapats o Tapados, personajes carnavalescos por excelencia que se visten de forma estrafalaria pero que obligatoriamente deben llevar la cara cubierta de forma que no se conozca ni su identidad ni su sexo. Es habitual que, entre los Tapats, estén las esposas de los hombres casados que han hecho el papel de Enfarinats durante la jornada.

Los Tapats, pues, anuncian el final de una fiesta que se acabará por la tarde con la Dansà, durante la cual los asistentes interpretan danzas de todo tipo.

 

Fotografía: Fotógrafo Ibi

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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