14. La domus, residencia distinguida
Los restos arquitectónicos romanos conservados bajo las edificaciones modernas corresponden a la fachada posterior y a una parte de dos estancias de la domus, que son muy representativas del elevado estatus social y económico de su propietario.
Se conserva, por un lado, un triclinio de doble habitáculo que se destinaba a recibir visitas y ofrecer banquetes, con los invitados tumbados sobre tres camas (lectus); por otro, lo que podría ser el cubiculum diurno del dominus o pater familias, donde este podía realizar actividades que acompañaban a los banquetes, como los recitales literarios, reuniones de negocios o mantener relaciones más íntimas. Se trata, por tanto, de una residencia distinguida.