47. Metrópoli y modernismo
A principios del siglo XX Barcelona era una metrópoli industrial, moderna y cosmopolita de más de medio millón de habitantes. Con las murallas derribadas medio siglo atrás y el proyecto de Eixample de Cerdà, la ciudad crecía rápidamente, extendiéndose hacia los suburbios fabriles.
El estallido del modernismo coincidía con una ciudad pujante, socialmente conflictiva, artísticamente muy dinámica y capital de una Cataluña renaciente, que encontró en este nuevo lenguaje estético y de representación urbana una marca identitaria que pervive todavía hoy. El Park Güell fue la expresión de este resurgimiento cultural catalán y durante muchos años escenario de actos sociales ciudadanos.