Esta publicación explica cómo el estudio arqueológico de los siglos XVI y XVII en Barcelona ha demostrado que gran parte de la cerámica de este periodo provenía de otros lugares. La presencia de la cerámica valenciana, que hasta entonces había dominado el mercado, disminuyó significativamente a lo largo del siglo XVI, e Italia se convirtió en el principal exportador. De especial interés son las cerámicas provenientes de Pisa y Valdarno, Montelupo y Faenza y, especialmente, de la región de Liguria, piezas decoradas en blu berettino que inundaron el mercado barcelonés. También se han encontrado, aunque en menor número, cerámicas importadas de talleres de Provenza, Languedoc-Rosellón y Portugal (pucarinhos do barro), así como porcelana de China.