El desperdicio de alimentos representa un grave problema en la Unión Europea, suponiendo un total de 88 millones de toneladas anuales con un coste estimado de 143 mil millones de euros. Las pérdidas más importantes se producen en las frutas y verduras, durante todas las etapas de la cadena de valor, desde la producción, almacenamiento y distribución, hasta los hogares, representando alrededor del 45% del total. Conscientes de este hecho, surge la idea de este proyecto, que pretende ser un punto de referencia en la reducción y la valorización de los desechos de alimentos, abordando etapas específicas de la cadena de valor de las frutas y hortalizas, incluyendo almacenamiento, distribución y procesamiento. Esto se hará mediante la transición del sistema agroalimentario actual a uno más sostenible, logrando un impacto importante y medible en la reducción del desperdicio de alimentos. En este cambio se utilizará un enfoque multidisciplinar, en el que intervendrán diferentes agentes. Es un proyecto de bioeconomía circular que aumentará las oportunidades de aprovechamiento de aquellos materiales vegetales no comercializables, pero que son perfectamente aptos para el consumo. El proyecto estará liderado por el IRTA en colaboración con Mercabarna, Banc dels Aliments e INPROUS. Esta cooperación potenciará los objetivos estratégicos de la Estrategia Alimentaria Sostenible de Barcelona para 2030: la lucha contra el desperdicio alimentario. El objetivo general del proyecto es garantizar un encaje de valor integrado de las Frutas y Hortalizas no comercializables, proporcionando buenas prácticas de gestión postcosecha de los excedentes alimenticios desde la recepción hasta la distribución e introduciendo algunas estrategias pioneras de valorización de los subproductos, lo que permitirá convertir el material vegetal no comercializable en potenciales ingredientes de productos de alta calidad. Los resultados esperados incluyen la extensión de la vida útil de algunas especies vegetales, así como el desarrollo de nuevos subproductos que beneficiarán significativamente al sistema alimentario de la ciudad de Barcelona, haciéndolo más saludable, justo y sostenible.
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