Para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C acordados en el Acuerdo de París de Naciones Unidas, las proyecciones indican que será necesaria tanto una descarbonización rápida como la implementación de tecnologías de emisiones negativas (en inglés, NET, negative emission technologies). Así pues, urge determinar NET seguras y escalables que eliminen activamente el dióxido de carbono de la atmósfera y aseguren un almacenamiento estable de carbono a largo plazo. En este sentido, la meteorización acelerada de rocas silícicas (en inglés ESW, enhanced silicates weathering) está en el punto de mira científico como NET en el campo de la agroecología. A escala geológica, la meteorización de silicatos captura anualmente 1.1 Gt de dióxido de carbono, cuando la roca reacciona en contacto con el dióxido de carbono atmosférico y el agua, liberando bicarbonatos que o bien reaccionarán con cationes del suelo y precipitarán en forma de carbonatos pedogénicos o bien serán drenados hacia aguas subterráneas hasta llegar al mar, disminuyendo así la acidificación de los océanos. En este sentido, ESW propone moler rocas en forma de polvo, incrementar su superficie de reacción y acelerando su proceso. La aplicación de estas partículas finas en campos agrícolas se ha propuesto como una forma efectiva de captura de carbono, ya que no compite en superficie con la producción agrícola, a la vez que ofrece múltiples beneficios para la vegetación. La rápida disolución de los silicatos favorece la producción de biomasa debido al aumento: (i) de la alcalinidad del suelo, (ii) la capacidad de intercambio catiónico del suelo (CEC), (iii) de nutrientes del suelo por los productos de la meteorización de los silicatos (p.e. Ca, Mg, K) o los cambios consecuentes en el pH del suelo (p.e. P, Al, Fe), y (iv) la resistencia a las plagas y la sequía debido al contenido más elevado de silicio (Si) en los tejidos vegetales. Se estima que el 70% de las emisiones de dióxido de carbono provienen de las ciudades, ocupando tan solo el 3% de la superficie terrestre. Así, la aplicación de ESW en parques y jardines de las ciudades supone una oportunidad excepcional para aumentar la captura de dióxido de carbono dentro de las mismas áreas urbanas, a la vez que puede favorecer el crecimiento de una vegetación (césped, arbustos y flores) exuberante y resistente a la sequía y plagas en el contexto de cambio climático que sufrimos actualmente.
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