Puertas del Mar: La Marina
El principal objetivo de los proyectos de las Puertas del Mar es mejorar la accesibilidad y la conexión a pie y en bici hacia el mar, crear espacios de interrelación mar-ciudad mediante ejes vertebradores principales y corredores transversales secundarios capaces de volver a unir los espacios de la ciudad con los espacios del litoral y proponiendo, si es necesario, una nueva ordenación de los espacios abiertos que facilite el acceso físico y visual al mar.
El tejido urbano de Barcelona, de Montjuïc al Besòs, se caracteriza por calles que llegan hasta el frente marítimo, aunque solo hay continuidad del tráfico vial, y sobre todo la Ronda y las vías de tren actúan como barrera. Faltan ejes de conexión transversal (montaña-mar) que vuelvan a unir la ciudad con el litoral, a pie y en bici. El tema principal es dar continuidad y fluidez a los recorridos “verticales” con los recorridos “horizontales” del corredor del litoral, solucionando sobre todo los cruces y los nudos de contacto e intersección entre las dos redes. Se trata de hacer que el espacio público de circulación y de estancia sea cuanto más continuo y legible mejor. La lógica de estos proyectos es determinar físicamente y con señalización los itinerarios de espacios públicos, transitables a pie o en bici, que vayan de la ciudad al mar y viceversa.
El proyecto de la Puerta de la Marina tiene como eje principal de actuación el paseo de la Zona Franca. Se propone que el paseo se convierta en un corredor cívico estructurador y cohesionador de los dos barrios de la Marina.
En su tramo superior (en la Marina de Port), el paseo es la espina dorsal de un sistema de parques, jardines, patios interiores de manzana y plazas, espacios muy utilizados por los vecinos y vecinas. Bajando hacia el puerto, este eje pierde bastante, asume un carácter y una formalización interurbana y más industrial, y se reduce progresivamente la calidad y la cantidad del espacio público abierto a la ciudadanía. Por lo tanto, se propone dar al paseo un carácter unitario y de calidad, homogéneo a todo el eje para que en toda su longitud (2 kilómetros, aproximadamente) haya unos verdaderos espacios de paseo y estancia y que estos sean atractivos, confortables, amables, coherentes, contextualizados, dinámicos y sostenibles. También se propone implantar un carril bici, pendiente en la mayor parte de la longitud del paseo, para que pueda tener continuidad con los carriles bici de la Gran Vía y la calle A. Por otra parte, será necesario diseñar soluciones para superar el cuello de botella para el espacio público que supone el nudo entre el paseo de la Zona Franca, la ronda del Litoral y el viaducto del ferrocarril.