Pla Litoral

La reconquista de los espacios litorales de la ciudad como ámbito público de calidad, abierto y disfrutado por toda la ciudadanía es una de las principales ideas del plan. Para que esta reconquista sea posible, es necesario que los espacios públicos cumplan unos requisitos básicos de confort, habitabilidad y seguridad. En la diagnosis se han detectado los espacios donde es necesario hacer actuaciones en este sentido, y se ha trasladado a proyectos y acciones concretas.

Los servicios que actualmente se ofrecen en el litoral responden a necesidades que han cambiado o bien han quedado atrás. En muchos casos, la sobrefrecuentación de los espacios ha comportado problemas de convivencia. El plan hace un nuevo replanteamiento de los servicios que se ofrecen para adaptarlos tanto a las necesidades de las personas de la ciudad como a las exigencias de la sostenibilidad ambiental, evitando superar la capacidad de carga de los diversos ámbitos espaciales.

La Carta municipal de Barcelona y el Reglamento de participación ciudadana del Ayuntamiento muestran una voluntad decidida de profundizar en la democracia activa, reforzando las prácticas de colaboración y cooperación entre el Ayuntamiento, el movimiento asociativo y los agentes sociales para conseguir progreso y cohesión. Desde esta voluntad se contemplan instrumentos como la gestión cívica de competencias municipales para las actividades y los servicios susceptibles de gestión indirecta.

Si se plantean objetivos orientados a la equidad social y la sostenibilidad ambiental resulta necesario promover actividades y servicios que sean accesibles a pie o en bicicleta y para los que no sea necesario coger el coche. Estos promueven la salud física y las relaciones personales, contribuyen a la economía local y la responsabilidad social, y son la mejor opción desde el punto de vista ambiental.

La diagnosis muestra cómo no todos los ámbitos son igualmente accesibles en transporte público. El plan trabaja para hacer que esta accesibilidad sea igualitaria y para garantizar la conectividad a lo largo de todo el frente litoral, de río a río. Además, impulsa los modos de transporte activos (en bicicleta y a pie) y contempla la mejora de la oferta de transporte público en el litoral.

Para que una ciudad como Barcelona sea marítima en el sentido más pleno de la palabra, es necesario que a los ciudadanos y las ciudadanas —y, sobre todo, a los vecinos y a las vecinas de los barrios del litoral— les sea fácil acceder al mar y no solo a través de las playas. El hecho de poder llegar a la orilla del mar ayuda a que se lo hagan suyo, lo valoren y lo quieran preservar.

Para que la náutica sea una actividad arraigada entre la ciudadanía en el litoral de Barcelona debe haber una oferta formativa eficaz. En el ámbito educativo, ya existen el Instituto de Náutica de Barcelona y la Facultad de Náutica de la UPC, pero hay que potenciarlos aún más. Por otra parte, es necesario promover e impulsar de manera coordinada otras actividades formativas que se desarrollan en el litoral de modo que se ponga en valor la singularidad de cada instalación y se potencie la náutica generando beneficios para la ciudadanía y para cada instalación en particular.

Barcelona puede ser una ciudad de referencia en ciencias y tecnologías marinas sostenibles. Para conseguirlo es necesario apoyar a las entidades y centros de investigación, desarrollo e innovación que trabajan en las diversas ramas de conocimiento que tienen el mar como denominador común, y crear condiciones para que se puedan generar nuevas sinergias entre ellas.

La economía azul engloba las actividades productivas y de servicios más propias del litoral (necesitan del mar para su desarrollo). La diagnosis muestra que estas generan mayores efectos multiplicativos que otras actividades económicas implantadas en el litoral de Barcelona. El impulso a nuevas iniciativas de economía social y solidaria relacionadas con la economía azul permitiría generar más empleo inclusivo de calidad, la promoción de los oficios marineros, la recuperación de la memoria histórica de los barrios del litoral y la difusión y promoción de la cultura marítima.

El litoral es un ámbito que aglutina actividades que generan impactos ambientales y molestias a los vecinos y las vecinas. Es necesario actuar para reducir las emisiones contaminantes tanto al aire como al agua y la generación de residuos con el fin de mejorar la calidad de vida de los y las habitantes de la ciudad y la salud del medio ambiente en general.

Actualmente, la ciudad se encuentra inmersa en un proceso de naturalización general de los espacios en que el litoral no tendría que ser una excepción. El litoral de la ciudad ofrece una oportunidad muy importante como espacio de disfrute, de tranquilidad, de refresco, de educación, de conocimiento, etcétera. Además, puede constituir un conector ambiental clave con grandes espacios naturales del contorno urbano como la desembocadura del río Besòs y la del río Llobregat, y entre los propios espacios verdes de la trama urbana.

La resiliencia urbana es la capacidad de las ciudades de prevenir o, en los casos en los que sea inevitable, minimizar el impacto de las situaciones de emergencia excepcionales y recuperarse de ello tan pronto como sea posible. Es necesario que el litoral de la ciudad pueda hacer frente resilientemente a los diferentes riesgos naturales e industriales a los que está expuesto, y este criterio tiene que presidir todas las actuaciones que se puedan diseñar, especialmente en el ámbito de la fachada marítima.

El litoral de Barcelona, y sobre todo la zona de playas, es uno de los mayores espacios de ocio de la ciudad. El deporte está presente en todos los espacios litorales y se ha convertido en uno de los grandes elementos estructuradores del frente marítimo. El litoral tiene el potencial de alojar circuitos lineales de alto valor paisajístico y ambiental que son ideales para la práctica de la vela, la natación, la bicicleta, el patinaje o la carrera.

El litoral de la ciudad es un amplio territorio en el que intervienen multitud de agentes públicos y privados y que se ha convertido en un espacio de uso ciudadano cada vez más intenso. No es extraño, pues, que aparezcan situaciones y tensiones entre los agentes con intereses contrapuestos, que son difíciles de gestionar con los mecanismos actuales. Por ello es necesario crear y organizar nuevos espacios de debate transversal entre todos los agentes del litoral implicados, donde puedan confrontarse todas las inquietudes y opiniones y darles una respuesta positiva.

Se necesita una nueva gobernanza del litoral que permita conjugar la conservación de sus valores ambientales y el progreso social y económico de sus habitantes. Su diseño debe asegurar una coordinación estrecha y eficaz entre los diferentes agentes e instituciones públicas con responsabilidades sobre los diferentes ámbitos, incluyendo las playas y los puertos, y debe garantizar la participación ciudadana en los procesos de gestación y toma de decisiones.