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Las formas en que la música ha formado parte de la vida diaria de los ciudadanos han sido poco estudiadas. A pesar de las aportaciones científicas sobre referencias musicales relevantes del pasado, se ha hablado poco del papel de la música en los núcleos urbanos y sus comunidades. En este seminario se propone invitar a historiadores, antropólogos y musicólogos con el fin de iniciar un debate sobre el papel de la música en la cultura urbana de los siglos XVI y XVII, dando una especial relevancia a los lugares, las instituciones y las ceremonias de la ciudad de Barcelona.

La Disputa de Barcelona, convocada a petición de los dominicos de Gerona y arbitrada personalmente por el rey Jaime I, tuvo lugar en el verano de 1263, en el Palacio Real, en presencia de la corte, el clero y los habitantes de la ciudad, tanto judíos como cristianos. Intervinieron, como disputantes, el dominico Pau Cristià, converso, y el maestro Moixé ben Nakhman de Gerona, llamado Nakhmànides, que defendió las razones del judaísmo. El relato del evento nos ha llegado mediante dos versiones, una de hebrea y otra latina, que sustancian dos relatos muy diferentes.

Entre finales del siglo XIX y principios del XX la literatura catalana dio un conjunto de autores que, al escribir la memoria del presente, establecieron los fundamentos de la prosa catalana moderna. Los escritores que se dedicaron al periodismo -a través de la crónica, el periodismo literario, el reportaje, el artículo de opinión, etc.- se hicieron cargo de la complejidad de un tiempo que cambiaba, y de una ciudad como Barcelona que impulsaba y registraba este cambio de época a la vez que era protagonista de su sueño de modernidad.

La subsistencia de las personas, en un contexto precario de producción y distribución de alimentos, fue una preocupación fundamental de los gobiernos de todas las ciudades del occidente europeo, y una de sus funciones más básicas hasta el siglo XVIII.

La expansión de la ciudad durante la edad contemporánea ha planteado una y otra vez el reto de dar significado cultural a los nuevos territorios urbanizados en sus márgenes. En este proceso, la construcción de la mirada sobre el paisaje humano y urbano de las vastas periferias emergentes ha precedido a menudo su toma en consideración desde los puntos de vista social, urbanístico y monumental.

La Renaixença catalana se valió de las ideas del Romanticismo para reivindicar la lengua y potenciar la cultura en varios terrenos: filosofía, literatura, artes plásticas y arquitectura. Antoni Gaudí vivió desde joven este ambiente y se relacionó con algunos de sus protagonistas principales: Pau Milà Fontanals, Verdaguer, los hermanos Llimona, Elies Rogent, etc.

Los estudios realizados en obras tan significativas como las capillas maggiore de la Santa Croce, de Saint Martial de Aviñón, de San Blas de Toledo o la de San Miguel del Real Monasterio de Pedralbes en Barcelona, ofrecen una oportunidad única para avanzar en el conocimiento de la difusión de las técnicas de ejecución, los procesos de deterioro y de las estrategias de conservación de los murales del Trecento.

El Seminario tratará de la cuestión de las representaciones urbanas y del binomio ciudad y literatura. Centrado, en esta primera edición, en el periodo en el que Barcelona crece entre el caos y el orden. Se analizarán algunos hitos narrativos y poéticos que reflejan la imagen de la ciudad.

A cargo de Josep M. Domingo y Marina Gustà