Virgen con el niño (sala 13)
Del modelo de la virgen sentada mayestática y distante del periodo románico, que hemos encontrado en las primeras salas del museo, se pasa en la época gótica a representar a María como mujer y como madre.
Esta pieza de excelente calidad, nos muestra a la Virgen ligeramente inclinada hacia su lado derecho a causa del peso de su hijo. Él, sentado sobre el antebrazo de su madre, tiene un pequeño pájaro entre las manos. La representación de la Virgen con el Niño en el gótico es más natural y tierna y se aleja por completo de la del románico, rígida y como trono de su hijo. Aquí vemos la amorosa relación de los dos, sonrientes.
Esta escultura se atribuye al escultor y orfebre barcelonés Pere Moragues, uno de los artífices más sobresalientes del gótico en los territorios de la Corona de Aragón. Se trata de una pieza realizada durante el periodo más temprano de su trayectoria profesional, entre 1355 y 1360. Procede de Cervera, donde estuvo en la iglesia del convento de Sant Francesc de Paula.
Merece una especial atención la piedra en la que fue esculpida: el alabastro. Este material, dúctil y fácil de trabajar, fue el predilecto de los escultores catalanes del siglo XIV y XV que supieron aprovechar sus posibilidades cromàticas .
La restauración de la escultura ha puesto de manifiesto la pérdida de su corona original y que fue sustituida en época posterior por una de metal, que tampoco se conserva.
Frederic Marès compró esta obra al coleccionista barcelonés Soler i March conjuntamente con el sepulcro obrado por el taller de Ferran González, que hemos podido contemplar en la sala 12.