La vocación artística de Frederic Marès, la escultura, se convirtió a la vez en su pasión. A lo largo de su vida reunió una extensa colección de escultura hispánica que abarca desde la época antigua hasta el siglo XIX, en la cual predomina la talla policromada religiosa. Esta colección ocupa las plantas baja y primera, así como parte de la planta subterránea del edificio.
Marès también donó una parte de su propia obra escultórica, que se exhibe en su Estudio-biblioteca.
El Gabinete del coleccionista ocupa la segunda y la tercera planta del edificio. Es prácticamente un museo dentro del museo y permite apreciar hasta dónde llegaba la obsesión coleccionista de Marès. Decenas de miles de piezas documentan formas de vida y costumbres del pasado, fundamentalmente del siglo XIX, como por ejemplo abanicos, pipas, relojes, fotografías, juguetes, llaves, tarros de farmacia y relicarios, los cuales se presentan en una atmósfera intimista y evocadora del particular universo de Marès.
Uno de los principales objetivos del área de colecciones es documentar las fuentes y las formas de ingreso de las obras y sus procedencias, las cuales ilustran el perfil coleccionista de Frederic Marès.
En materia de conservación preventiva y restauración, el Museo trabaja para garantizar la preservación de las obras y los objetos que integran sus colecciones para las generaciones presentes y futuras.
El trabajo en colaboración de las distintas áreas del Museo permite profundizar en el conocimiento histórico y artístico de las obras y, en definitiva, en la mejora de su presentación y difusión al público.