Sala de las diversiones (sala 17)
La denominada sala de las diversiones es la última del Gabinete del coleccionista,. Aquí se exponen las colecciones relacionadas con el ocio y la diversión de la sociedad barcelonesa del siglo XIX y principios del XX.
En el siglo XIX empieza a ser una realidad la conquista del ocio por parte de la pequeña burguesía, los artesanos y la clase obrera. Un buen ejemplo es la aparición de sociedades recreativas y humorísticas. Y entre todas ellas, la llamada Lo Niu Guerrer. El museo conserva su estandarte, que puede contemplar en la escalera de acceso a la sala, y gran cantidad de ediciones de carteles y folletos con actividades culturales y de ocio; como el carnaval, exposiciones de pintura paródica, certámenes literarios, y un largo etcétera.
Otra conquista de la clase media fue el acceso al teatro. La popularidad de estos espectáculos se ve reflejada en la exhibición de libretos de dramas musicales y óperas, fotografías y otros documentos de actores, dibujantes, escenógrafos y escritores; -con una atención especial a Frederic Soler -alias Serafí Pitarra- el autor más exitoso del periodo-. Todos estos documentos completan el particular homenaje de Marès al teatro catalán.
Esta sala además, alberga juegos para niños y mayores tales como estampas del juego de la oca, lotería, teatros de papel y otros recortables, así como un conjunto de aleluyas, que en catalán se denominan auques.
En el siglo XIX los descubrimientos científicos y técnicos llegan al gran público. Puede contemplar una exhibición de los juguetes ópticos precursores del cinematógrafo: la linterna mágica -el primer proyector de diapositivas-; el poliorama panóptico -con sus efectos de día y noche-; y el zoótropo, un tambor circular con unos cortes que al dar vueltas -y vistos desde un visor- los dibujos dispuestos en el interior aparecen en movimiento.
Otro tipo de divertimento corresponde a la colección de instrumentos musicales programados tales como, las primeras cajas de música, y pianos de manubrio -con su manivela-, hasta los modernos gramófonos.
Pero también hay espacio para las colecciones de juguetes más tradicionales: muñecas, autómatas, y accesorios para casas de muñecas, presentes en esta fantástica buhardilla del Museo.