Retrato de Jaume Pahissa
De este retrato del compositor Jaume Pahissa existen dos versiones: ésta, en la que la cabeza emerge del bloque de mármol a medio trabajar, y una segunda en bronce centrada en el rostro del personaje y que también se conserva en el museo.
Con la primera participó en diversas muestras de arte oficial, de las que cabe destacar la Exposición de Arte de Barcelona de 1918, que significó la presentación artística de Marès en la ciudad, y con la que obtuvo un premio otorgado por el Real Círculo Artístico.
El retrato, trabajado a partir del natural, muestra la influencia de la producción del escultor Auguste Rodin, fundamentalmente por el uso del recurso del rostro modelado que surge del mármol informe, popularizado por muchos artistas modernistas, y por el tratamiento del rostro y de los cabellos. No obstante, la obra no rezuma en lo más mínimo la expresividad intensa de los retratos del escultor francés. Más bien, a la hora de presentar el personaje se hace evidente una voluntad idealista que le aleja de Rodin y su influencia.