Políptico de la vida de Santa Clara (sala 15)
Estamos ante una de las piezas más destacadas del arte tardo gótico europeo que se conservan en el museo. Se trata de una obra, combinación de pintura y escultura, en la que destaca la imagen de santa Clara, con el hábito franciscano, que probablemente estuvo cobijada bajo un tabernáculo del que quedan las tablas pintadas que lo cerraban.
En la parte interior de las alas se relata la vida de la santa en la época previa a su ingreso en el convento. De izquierda a derecha, y de arriba abajo vemos: a Hortolana -su madre, embarazada y rogando delante de un crucifijo -momento en el que un ángel le anuncia que de ella nacerá una luz extraordinaria-; el bautismo de la santa, donde se le impone el nombre de Clara; el ayuno de los manjares propios de su condición aristocrática que reparte a los pobres a través de su sirvienta ; el encuentro con San Francisco de Asís y Clara recogiendo una rama de olivo para el Domingo de Ramos de la mano del obispo. Las escenas de la parte baja muestran a la santa en oración, dando dinero a los pobres y siendo recibida por San Francisco en el convento donde le corta el cabello.
Este políptico procede del monasterio de monjas clarisas de Calabazanos que acogió a muchas mujeres de alto linaje de Palencia. La santa instauró en su comunidad el privilegio de la pobreza que consistía en vivir sin posesiones ni rentas siguiendo las huellas de Cristo. Quizás por eso se enfatiza tanto la vida lujosa a la que renunció Santa Clara para hacerse monja.
La imagen, tal vez, pudo ser realizada en uno de los talleres de la zona de Brabante hacia 1500 con un alto nivel artístico, calidad que no se da en las tablas pintadas que la acompañan.