Ciertamente la pintura no tiene ni numérica ni cronológicamente la misma representación que la escultura en este museo, pero entre las adquiridas por Marès hay algunas de extraordinaria calidad e importancia.

Esta tabla formó parte del Retablo Mayor de la iglesia del convento de Sant Agustí Vell de Barcelona. El ciclo pictórico fue encargado en 1463 por la Cofradía de los curtidores a Jaume Huguet, uno de los artistas más representativos de la pintura gótica catalana. El retablo de san Agustín, patrono de los curtidores, está considerado el encargo pictórico más importante de la segunda mitad del siglo XV en Cataluña.

La obra que nos ocupa, debió formar parte de la predela del retablo. Jesús es ayudado por Simón de Cirene para cargar con la cruz ante la presencia de la Virgen y San Juan. En la parte derecha, vemos a los sayones, que se distinguen por sus ricos vestidos. Las miradas entre Jesús y su madre expresan un profundo dolor contenido que se refleja también en las manos entrelazadas y suplicantes de San Juan.

La crítica considera que esta tabla fue pintada en su mayor parte por Huguet y que su taller casi no participó en su realización. Estilísticamente se trata de una magnífica obra de madurez.

A raíz del bombardeo de las tropas de Felipe V que sufrió Barcelona en 1714, la iglesia de Sant Agustí fue en parte destruida y el retablo desmontado y dispersado. En la actualidad solamente se conserva esta pieza y seis tablas del cuerpo central y otra de la predela con la representación de la Santa Cena, custodiadas todas ellas en el Museu Nacional de Art de Catalunya.